domingo, 31 de diciembre de 2006

MEJOR AÑO



CON TODAS LAS LETRAS, PARA QUE CADA UNO ARME SU ALBUM DE DESEOS PARA QUE SE CUMPLAN EN EL 2007.

DESDE LO MÁS ÍNTIMO DEL ALMA, PARA UNO MISMO, PARA NUESTROS SERES QUERIDOS, PARA EL MUNDO TODO:

Y COMO DECÍA UN AMIGO: QUE NOS VAYA BIEN A TODOS!
(No pueden dejar de visitar http://dilaca-dilaca.blogspot.com)

martes, 19 de diciembre de 2006

Con poco ton y son


Durante muchos años de la infancia, creí que la Navidad era para todo el mundo, y que se celebraba con igual alegría en cada corazón humano.
Tanta luz eléctrica, tantos envoltorios brillantes, tanta nieve -artificial o natural - ,tanto jingle, tanto Papá Noel, tanto Santa Claus...Tanto pino cercenado, tanta mesa bien servida...
Todo me parecía magnífico y disfrutaba de la fiesta abriendo los regalos, saludando la fecha con la cohetería ruidosa sumándome al juego preferido de los varones de la familia.
Claro que la cena pantangruélica y los brindis, y la presencia de Santa encarnada por un tío de silueta generosa,y los disparos de cohetes, venían luego de la Misa de Gallo... Había que esperar a los abuelos y a la mayoría de los adultos que habían ido al templo...
Ignorar la existencia de la otra cara de la alegría y la opulencia me duró lo que dura la niñez.Poco a poco, fui percibiendo el mundo de las diferencias. Y caí en la cuenta que la Navidad no era para todos igual.
Ni la Navidad ni lo cotidiano de vivir...

Será por eso, que cada vez que se aproximan estas fiestas, un dolor tan largo como mi esófago me oprime sin tregua, y en el estómago siento náuseas, y parece que lloraré sin más de un momento a otro.
Me salva el encuentro familiar, la cita de nosotros, la algarabía de los nietos... (Ahora soy a quién se espera hasta después de la Misa del Gallo...A la que asisto por tradición y con no tanto convencimiento.Asisto esperando respuestas que no consigo.)

Pero, en la intimidad familiar, sigue siendo la Navidad, esa fecha que encerraba tanta maravilla aunque ahora vista con los ojos de señora mayor, que ha vivido bastante, y ha visto mucho.
Aunque pienso que en el afuera del hogar, la proximidad de la Navidad es siempre un ataque directo de golpes bajos propinados por el mundo marketinero.Uno trata de salvarse como pueda, y prestarle la atendión debida: a lo significativo de la fecha:el nacimiento de Jesús, y su portentosa vida llena de enseñanzas.
En un rincón de la casa, el pesebre que rememora su venida... Por un día, por un instante, está allí, la magnificencia del momento,y la sencillez del retablo, y el Verbo pronunciado...
Y la esperanza, simbolizada en la rueda de muérdagos colgada en las puertas, cuelga de otro modo y cifra otras esperanzas para los que no tienen trabajo, para los que viven una tregua de guerra, para los solitarios. los enfermos,para los olvidados de siempre.

Las cosas que Navidad transmite debieran ser simples! ! !

Mi tristeza no tiene respuestas para ese día cuando los niños, recrean la ilusión de su Papá Noel y su regalo al pie del árbol...

Establezco un paréntesis, permitiéndoles disfrutar con igual entusiasmo al de mi infancia.
Y también: me detengo, con la copa burbujeante a pedir por los otros. Por los que ven la otra cara de la felicidad y la opulencia.Sabiendo que pedir no basta. Hay que seguir ofreciendo más y exigiendo a quienes corresponda para que cada vez sean menos los destinatarios de las diferencias.
Imagen obtenida en la página de la provincia de Jujuy, Argentina

sábado, 9 de diciembre de 2006

Ahora Entiendo!

Con un poco de humor negro, me describo (Imagen Obtenida en buscador google, referencia:ninaturns40.blogs.com)

Estoy tratando de cambiarle la cara a mis blogs,Éste será el último en ser retocado... En realidad, "...estoy transpirando la camiseta..."
Esto lleva su tiempo.
Mientras, algo verán en
http://misalumnosescriben.blogspot.com
Blog al que le amplié el título "Mis alumnos escriben ...y algo más..."

viernes, 24 de noviembre de 2006

Desde Armando Tejada Gómez

A veces, las voces de otros ( en mi caso casi siempre) superan lo que uno quisiera decir...
Una vez más me sucedió cuando Erardo me dijo: éste señora, ¿Le parece? Señalándome el poema De Armando Tejada Gómez....

-Hojeando libros con mis alumnos de la escuela nocturna..., libros que les entrego para que se familiaricen con su olor,con la suavidad de las tapas, las formas de sus figuras e imágenes, la rudeza de sus hojas de edición barata, la variedad de títulos y temas. Les doy un tiempo para que lo hagan mientras les pido que elijan alguno al azar guiados por lo que sea en la elección, luego vendrá la lectura silenciosa, y después la charla que los llevará a descubrir modalidades, recursos, historias de autores, otras realidades o la propia dicha de otro modo...-

Reproduzco aquí el poema, el que cada vez que leo, me obliga a redoblar esfuerzos para acciones que debieran hacerse en los ámbitos de gobierno, pero que no suceden. No suceden, hermanos....





Hay un niño en la calle


A esta hora, exactamente,
hay un niño en la calle.

Le digo amor, me digo, recuerdo que yo andaba
con las primeras luces de mi sangre, vendiendo
un oscura vergüenza, la historia, el tiempo,
diarios,
porque es cuando recuerdo también las presidencias,
urgentes abogados, conservadores, asco,
cuando subo a la vida juntando la inocencia,
mi niñez triturada por escasos centavos,
por la cantidad mínima de pagar la estadía
como un vagón de carga
y saber que a esta hora mi madre está esperando,
quiero decir, la madre del niño innumerable
que sale y nos pregunta con su rostro de madre:
qué han hecho de la vida,
dónde pondré la sangre,
qué haré con mi semilla si hay un niño en la calle.

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate,
transitar sus países de bandidos y tesoros
poniéndole una estrella en el sitio del hambre,
de otro modo es inútil ensayar en la tierra
la alegría y el canto,
de otro modo es absurdo
porque de nada vale si hay un niño en la calle.

Dónde andarán los niños que venian conmigo
ganándose la vida por los cuatro costados,
porque en este camino de lo hostíl ferozmente

cayó el Toto de frente con su poquita sangre,
con sus ropas de fé, su dolor a pedazos
y ahora necesito saber cuáles sonríen
mi canción necesita saber si se han salvado,
porque sino es inutil mi juventud de música
y ha de dolerme mucho la primavera este año.

Importan dos maneras de concebir el mundo,
Una, salvarse solo,
arrojar ciegamente los demás de la balsa
y la otra,
un destino de salvarse con todos,
comprometer la vida hasta el último náufrago,
no dormir esta noche si hay un niño en la calle.

Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,
si desciende la niebla como un sapo del aire
y el viento no es ninguna canción en las ventanas,
no debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como un ala en la mano,
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada,
no debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez, arriesgada a una estrecha ganancia,
porque entonces las manos son dos fardos inútiles
y el corazón, apenas una mala palabra.

Cuando uno anda en los pueblos del país
o va en trenes por su geografía de silencio,
la patria
sale a mirar al hombre con los niños desnudos
y a preguntar qué fecha corresponde a su hambre
que historia les concierne, qué lugar en el mapa,
porque uno Norte adentro y Sur adentro encuentra



la espalda escandalosa de las grandes ciudades
nutriéndose de trigo, vides, cañaverales
donde el azúcar sube como un junco en el aire,
uno encuentra la gente, los jornales escasos,
una sorda tarea de madres con horarios
y padres silenciosos molidos en la fábricas,
hay días que uno andando de madrugada encuentra
la intemperie dormida con un niño en los brazos.

Y uno recuerda nombres, anécdotas, señores
que en París han bebido
por la antigua belleza de Dios, sobre la balsa
en donde han sorprendido la soledad de frente
y la índole triste del hombre solitario,
en tanto, sus señoras, tienen angustia y cambian
de amantes esta noche, de médico esta tarde,
porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundo
y ellos son los accionistas de los niños descalzos.

Ellos han olvidado
que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños
que viven en la calle
y multitud de niños
que crecen en la calle.

A esta hora, exactamente,
hay un niño creciendo.

Yo lo veo apretando su corazón pequeño,
mirándonos a todos con sus ojos de fábula,
viene, sube hacia el hombre acumulando cosas,
un relámpago trunco le cruza la mirada,
porque nadie proteje esa vida que crece
y el amor se ha perdido
como un niño en la calle...



A esta hora, exactamente,
hay un niño en la calle.

Mi gratitud

Hola amigos:
Ya de regreso, vaya mi gratitud por tantos buenos deseos... Puedo asegurarles que hicieron su efecto.
Gracias nuevamente.
Poco a poco, iré visitándolos y dejando mis comentarios.
Los abrazo.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Dentro de unos días

Amigos:
estaré unos días ausente. Los voy a extrañar.... Y cuando regrese,iré leyendo sus textos... Todos los que adeude....
Hasta la vuelta!

viernes, 3 de noviembre de 2006

EN MANHATTAN o cualquier otra gran ciudad



No ser en la gigante nave de cemento. Ser nadie. Nada. Ser otro más desdibujado atravesando el vértigo de largas sierpes empachadas. Negar lo que se es. Quien se ha sido. Cero. Cero a la izquierda. Una vaguedad. Nido en el suelo. Zapatos sin pies. Desombrado ser. Nadie. Nada. O ser otro, en, con , el apuro de los otros. Urgencias descentradas. Futuro en controversia. Vacuidad gris estridente sin presente compartidos. No ayer; hoy,fugacidad total.



Fragilidad absoluta. Punto. De partida o de regreso. Punto. ¿Qué más da? Aprender la angustia del gigante, su respiración asmática y feroz, su voz opaca, transpirante... Las mil máscaras disfraces falsedades putas plásticas plantas artificiales comida chatarra juegos solitarios panes endurecidos residuos aristas nimiedades sirenas motores sálvese quien pueda dentro de sus fauces. Atravesar, entonces, a prisa, el tiempo y el espacio, apurándonos la salida el regreso para volver a ser en los días diáfanos de los que a veces huyo.

miércoles, 1 de noviembre de 2006

DECIRTE ADIOS

HOMENAJE A MI MADRE
Basta recordarla dulce y firme, vital, tierna e implacable, con sus SIS siempre SÍ y sus NOS siempre NO.
Y agradecer a la vida por concedérmela.
Hablar de ella, no me alcanzaría la vida, tan llena de su presencia en mí, en mis hijos, en mis nietos.
Las fotografías me la recuerdan en diferentes momentos, con diferentes edades, con la silueta cambiante, y esa calidez y seguridad que me transmitía, a través de su mirada miel y su sonrisa plena de ternura, a veces matizada de complicidad.
Hoy ya no está en este mundo, como antes. Es una presencia intangible, más presente que nunca.
La lloré mucho, y me costó recuperarme hasta un tiempo no muy lejano, cuando acepté al fín que su ciclo había terminado.
Actualmente la revivo sin sufrimientos, con nostalgia, y agradecida por todo lo que me brindó.
Ella, mi madre, falleció hace cinco años, y deseo recordarla con este poema que continúa, que escribí durante su convalecencia:


DECIRTE ADIÓS

Alguien sancionó
mi desorientación:
vago mordimiento,

Instaló
anunciada angustia:
ir despidiéndote
vaya a saber
hasta cuál madrugada ...
Lo hizo ahora,
cuando de toda fortaleza,
te has convertido en suave pausa,
en prolongado ocio hospitalario,
sumida en el bochorno
del olor a enfermedad
y del impudor del cuarto compartido
gente que viene y se va.
No sé hasta dónde será tu cuándo.
Tampoco sé, a ciencia cierta,
si es tuya tu agonía,
o tan mía
que me exige
hacer inventario
de antiguas alegrías.

Custodio tu sueño;
tus latidos;
tus ritmos;
tus sudores
y extravíos;
tus ayes contenidos.

Tenues campanarios
golpean en mi alma
tañen preguntando
por nuestro paraíso
de fiestas y mimos
de abrazos y encuentros
... aquellos tantos gestos...

Quizás
en este penetrante silencio
_ ensimismada _
adviertas tu camino hacia la Paz.

Desde este mudo diálogo
que nos inunda el tiempo
me duele la mentira...
o,
la omisión ...
esta deslealtad mía
de no decirte
de tu próxima partida.

Lunas ojerosas
agigantan mi melancolía.
Me anticipan lágrimas.
Me descubren frágil
desde tu fragilidad postrera.

Es ésta la oportunidad
para juntar
la inmensa deuda
y confortarte
con la única
ínfima cuota
que pueda devolverte.


Esto es lo imperfecto de la vida:
ciclos predeterminados:
El adiós
y el desamparo



CORRIENTES, Argentina - 10/XI / 02

domingo, 29 de octubre de 2006

Niños en una esquina



Obra pictórica de la venezolana Patricia Tafur perdomo.












Una rosa y las espinas, simplemente.
Un vaso a medias la bebida que recuerdo.
Sones del teclado en medio de la noche.
Lluvia, lluvia por este flanco de la luna.
transparencia cósmica en tu costilla.
Llanto y más llanto...
Es que la pobreza parece estar en todos lados.
huérfanos de amor,
huérfanos de todo...
Caminos que bifurcan destinos no encontrados.
Yerma la tierra, cebollas en los platos.
Apenas adobes sin cimientos
flecos en caprichos de paja los ranchos.
Y esta pampa interminable
y este desierto largo...
Tristeza en los ojos,
las manos endurecidas.
En la boca cansada se debilita una plegaria.
Y tú, indiferente, en tu jaguar blanco,
rompes la ley del sémaforo,
Pasas raudo
Ignorante de tanto...
Página en blanco.

miércoles, 25 de octubre de 2006

OCTUBRE. MI OCTUBRE

















Este fermento de pétalo terso,
tibio rojo y dulce que octubre amasa
en este maduro calendario pasa
rumoroso en la línea de mi verso


En ese árbol que asume el Universo
elemental, grave, certero, abraza
jubiloso del nombre que repasa
el anverso de copla y su reverso.


Este lírico vuelo primoroso
estrellas siembra sobre los tejados
del serrano pueblito memorioso


Este grillo en concierto presuroso
apura mi mano y ha dejado
el rastro de un poema sentencioso.

sábado, 21 de octubre de 2006

SORPRESAS

Esa mañana, cuando sus ojeras ya habían unificado su color marrón, se miró críticamente en el espejo, con luz profusa.
Su analítica observación la hizo decidirse: iría al médico esta tarde, sin delación alguna.
Transcurrió la mañana llena de pensamientos nada sombríos porque la ciencia médica, a estas alturas del siglo, todo lo soluciona.
Sintió una vez más las campanadas internas que resonaban en su cerebro como si tañeran a su lado ; las oía claramente. Un instante, duraban... Pero venían sin anunciarse.E inmediatamente,la ceguera... campanada, ceguera, luz, silencio, campanada, ceguera, luz, silencio....
Eran como una muerte y resurrección instantánea. Como un orgasmo mortal, -pensaba-, porque era un irse y volver. Y luego, con una sensación desagradable y preocupante.
Se estremeció;mecánicamente se tocó sus brazos como para arroparse.
- No hace frío, pensó...Y dejó de podar la bughanvilla fucsia.
No quería pensar. No quería tener conciencia de ello.De nada.
Luego de la siesta, preparó su atuendo impecable y lo dejó sobre el valet de madera, cuidadosamente ordenado.
Se bañó vigorosamente pasando el guante de crin por sus odiados rollitos de mujer madura y multípara. Hizo la palpación de sus senos... Frunció el seño, sacudió su cabeza como para espantar un fantasma, y salió envuelta en su albornoz blanco y en la cabeza, un improvisado turbante de toalla.
Extendió sobre la cama otras toallas grandes y secas, y se recostó para relajarse. Respiraba puntillosamente siguiendo los pasos de la costodiafragmática, tratando de poner orden en sus pensamientos que, anárquicos, aparecían como banderas flameantes cuando menos lo deseaba.
No pudo con su genio inquieto: cortó el ejercicio de relajación y buscó su depiladora eléctrica ( ¡que suerte haberla adquirido!) dispuesta a sacarse los escasos bellos de sus piernas, axilas y pubis..."pubis angelical", le habían dicho una vez...y una sonrisa triste se asomó a su rostro.
Humectó su cuerpo a las disparadas, como si le molestara reconocerse en la vejez que se le venía encima.
"Vivir cien años... La ciencia puede hacer que vivamos cien años... pero yo quiero los cien años como el de esas gentes que se pagan celuloterapias y estadías en spas carísimos, y masajistas, y que toman antioxidantes, y que no les duele nada... "Actitud de vida"
- "Actitud de vida de gente que suda oro y dólares". " Ma qué actitud de vida la mía, peleándola todos los días para resistir!..." "actitud de vida!... Psh!"
Mientras, se vestía con cierta rabia.
Llamó a un remisse, y pidió que la llevaran a lo del médico.
- Hola.Buenas tardes, Doctor
- Hola. ¿Qué la traé por acá.
- Bueno, mire... Resulta que...yo... eee...
- A ver... Quédese tranquila. La voy a auscultar...Respire hondo...Mj,Mj,Mj... Voy a tomarle la presión. Trajo los análisis que le pedí? y el electro? - Aquí están, doctor.
- MMMMM a ver, mmmm. MJ.Mj.Mj.............

Y el silencio enorme de los consultorios caía con su peso pegándose a sus espaldas.
Observó cómo el médico dejaba de lado las hojas donde se describía su interior. O parte de su interior.y se puso en atención de escucha.
Le preguntó por todo lo que sentía.
Ella le respondió refiriéndo todo: lo que sentía, lo que sospechaba, lo que no quería que se confirmara.
El galeno, hizo oídos sordos a sus deseos manifiestos de no dar importancia y ordenó: biopsia de epitelio "para asegurarnos que no es nada".
- Y estoy escribiendo el pedido de una tomografía computada del cerebro, le dijo.

Ella percibió un revuelco en el estómago y que la angustia le ahorcaba fuertemente tráquea y esófago...Pero no dijo nada.

El médico, poco menos, la emplazó para la fecha de la nueva tomografía no sin reprocharle con cierto afecto el descuido en el que estaba cayendo.

Volvió a su casa, sabiendo que una nueva agonía se disponía a habitarla, al menos hasta el resultado de sus estudios.
Mientras, sus ojeras seguirán ampliando territorios

jueves, 12 de octubre de 2006

Nuestra impunidad



Imagen obtenida en:http://www.flickr.com/photos/bobilina/with/21944946/




Mi historia, ínfima. Más perqueña que lo infinistecimal. Minúsculo medio punto marcado con la punta de un compás.
Me sumo y sigo, pequeño, pequeñísimo, sin más.
Determinado por los genes, sin variar.
Moldeado de cualquier modo sin papá y mamá. Más tarde, por la vida, por su belleza, y también por su maldad.
No me mires. No me hables. Soy toda nulidad.
El grano de la arena cerca de la mar, más importante que yo en la inmensidad.
No marco, no dejo huellas, en este mundo de aparente hermandad.
Soy Biafra, soy un pueblo ignorado en medio de supuesta solidaridad.
No me mires. No me hables. Veo en la oscuridad.
Lo que veo es triste, y me compete en realidad.
Soy un niño de Biafra, esperando tu bondad.

lunes, 9 de octubre de 2006

Para tener en cuenta

El sol iba debilitándose... Bah!, No es el sol el que se debilita, sino que por esa maldita costumbre de dar vueltas que tiene la Tierra. cada tantas horas no permite que el sol siga su presencia por aquí.Ella sale de paseo, y nosotros, ¡a cambiar el ritmo por unas horas!. Aquí hace ahora un poco más de frío, de modo que tendré que procurarme calorías extras para poder dormir un poco más tranquilo...Es fácil: recorrer un poco el ambiente, andar más vigilante, y ¡zas!°, ¿No lo dije?...Si la naturaleza nos pone al alcance de cualquiera, los frutos para sobrevivir... ¡Es cuestión de darse maña!...
A metros míos, estaba mi sustento...Y hacia allí me dirigí tan raudo como pude...
¡Caramba!, no era tan fácil ... Tironeo y tironeo y la presa no es mía. No sé si lo correcto es decir que se me hacía agua la boca, pero he escuchado esa frase por ahí...
Insisto... No puedo arrancar la deliciosa fruta,A pesar de oponer toda mi fuerza .
Sorpresivamente, siento un profundo dolor que me atraviesa... Quizás una espina... Pero, inmediatamente, soy arrastrado (Tampoco sé si el término es correcto dado la circunstancia en que me encuentro)como si desde el pinchazo hubiera un cordel que tira de mí. ¿Qué monstruo es el que melleva haciéndome perder el equilibrio? Sufro. Me duele el cuerpo...Me debato,lucho, me resisto. EL monstruo agazapado, no emite ruido alguno.El muy ladino, me sume en la confusión amparado por la oscuridad.Por fin, intento con un gran salto hacerme clara la situación.La luna es la única lumbre,con la luz suficiente para reconocernos en medio de la noche.Por una fracción de segundos cruzamos la mirada víctima y victimario.Le arranco un sonido que no entiendo del todo pero parece de júbilo, y comprendo: soy su presa... su trofeo.
La desilusión me convierte en furioso animal y me bato en duelo...Intento algún modo de zafar... Me cuesta. Mi enemigo había tenido el privilegio de atacar primero, de encontrarme sin defensa, confiado. De ése modo, él contaba con ventajas. Me hice el muerto...Dejé que me arrastrara sin resistencia...y cuando consideré que ya era suficiente, lo sorprendí de tal modo, que logré soltarme a pesar de las heridas.Y me batí en retirada... A una buena distancia, todavía se escuchaban las puteadas de mi agresor... Yo reía de puro contento. Conservar la vida, es una aventura que repito noche a noche en mi avatar.Nunca había caído preso de una anzuelo. Ahora, ya sabía... ¡Ni soñando me tentaría una lombriz ensartada en un gancho de metal!... Ni ahí!....(Como dicen los chicos de mi litoral)

jueves, 5 de octubre de 2006

Una noche más, una mujer más...

"Entre tu verdad más honda y yo, hay otra hondura llena de tajos cosidos débilmente. Me desangro y se me vuelvo volátil lo que fue un día”. Dijo ella imitando a la actriz de la telenovela de moda.
Él, la miró con desprecio...Sonrió enigmáticamente .... Ésta es otra mina “melodramatizándome” por no aceptar que la dejo. Que se vaya a la mierda. ¿Qué se cree?. Venirme a mí a darme consejos de cómo vivir... Qué se vaya a la mismísima mierda. Qué me importa su cargo de morondanga ni sus alardes de no sé qué y no sé cuánto... Bien que le gustó pasarse una noche gritando como una yegua (Las yeguas gritan?...- Las yeguas que yo conozco, y he conocido muchas, sí-.).
Aquélla noche, si bien no dí lecciones, las cosas se hicieron a mi modo y le gustó. Cómo le gustó. Aproveché a la mina, que estaba necesitada, parecía. Desde hacía días, sus intencionadas miradas, cargadas de ese no sé qué que tienen las mujeres calientes y deseosas, se confirmaron en lo que yo entendí como mensaje de “te tengo ganas...” con los roces que no fueron casuales... y se convirtió en certeza cuando me pidió que fuera a su casa para que le mostrara cómo manejar un programa de su PC... Recuerdo que hacía frío. Bastante como para mantener encendido los leños del hogar, y servir un whisky, dos, y más... A la hora del atardecer , fui. Sábado, cuando la luz se apresura a irse para buscar otro calor... Poca gente en la calle. En la de su casa, la presntí sin compañía de sus hijos... Antes de tocar el timbre, me asaltó la duda. Yo iba dispuesto a todo, pero la imagen de mi mujer embarazada me sobresaltó como en reproche. La borré enseguida. El macho que llevo dentro no me perdonaría jamás si dejaba pasar la oportunidad que se me ofrecía tan abiertamente. .. Entonces, apreté el botón del timbre y repetí la presión tres veces, como si hubiéramos acordado una clave de reconocimiento. Hasta mis oídos, llegaba la melodía de una canción romántica. La música provenía de la casa. Oí también los pasos que avanzaban acompañados por el canturreo de la mujer que me atendería. Se abrió la puerta. Allí estaba... La miré de arriba abajo y de abajo arriba. Se había vestido prolija y atractiva. Su abrigo, de piel blanca de dudosa calidad, con unos pelos largos, me chocó un poco por la falta de buen gusto, pero admito que le quedaba bien. El perfume era casi un insulto a la prudencia. Percibí inmediatamente un nada sutil desplazamiento de mis íntimos miembros. Hola! Dos besos en la mejilla. Pasá. Te estaba esperando. Y me franqueó el acceso . .. Como lo había supuesto, los leños en el hogar, crepitaban entre llamas azulinas y rojizas. Había velas encendidas en algunos puntos del salón y la luz no era muy intensa. Busqué con la mirada dónde estaba la PC, para seguirle el juego... Pero ella, encendió un cigarrillo, me ofreció un whisky, y me invitó a sentarme en un sofá junto al al calor de la estufa... Y comenzó a desplegar sus estrategias de conquistas, y yo la dejé que liberara cuanto quisiera para sazonar el encuentro... No voy a entrar en detalles. El saco blanco sirvió de alfombra, le saqué las ganas, me saqué las mías... Repetimos el encuentro , esa misma noche también sobre el peludo saco blanco... Después, la mina, con algo de exceso por el alcohol, creo, empezó a llorar despacito y a hablarme nuevamente de sus mentados blasones que ha estas alturas menos me importaban. Yo quería irme. Nada más. Ya estaba satisfecho. Le anuncié que era el momento de mi partida. ( mientras pensaba qué mentiría en casa de mi mujer)... La besé apenas, y salí riéndome para mis adentros. Pobre abrigo, me dije...Va a tener que enviarlo a la tintorería...Afuera, el aire frío terminó con todo rastro de la pasión vivida. Y volví a compadecerme del abrigo que había quedado con los rastros de una noche de sexo anunciado y comprobado.

domingo, 1 de octubre de 2006

MAÑANA EN LA COSTANERA




(Imágenes e información sobre la ciudad de Esquina, Provincia de Corrientes, ArgentinaEn:http://www.e-portalsur.com.ar)

Desperté temprano, como lo había propuesto.
La mañana era aún un esbozo de luz y los pájaros ya comenzaban su concierto. Sobre las chapas de los techos, una palomas voluminosas taconean incansablemente.
La ciudad se entregaba a las últimos momentos de modorra.
Preparo unos mates, y pienso que hace cuatro semanas que no pruebo el cigarrillo, porque sí; porque lo decidí de pronto, una vez más. Hace tres que he comenzado mis caminatas matutinas, bien temprano...Ni la lluvia copiosa me ha hecho desistir del paseo. Disfruto de las calles en proceso que me llevan al puerto. Los ríos que se encuentran semejan un par de brazos abiertos en señal de bienvenida. El agua pasa inaudible y sin fatiga casi siempre. Al fondo, en el delta, el sol ya no se oculta. Es un iridiscente barrilete que se eleva lento, en el paño variopinto que resulta el cielo al paso de las horas. No me importa demasiado haber detenido el ritmo de los pasos. Es tan magnifica la imagen...
A lo lejos una canoa surca el agua, atraviesa el canal y se pierde en la garganta fluvial del Paraná.
El aire fresco, como a mí me gusta, mueve sin vehemencia los flequillos de las palmeras que flanquean la calle de la costanera.
Cuesta recomenzar la marcha. La visión es un regalo que reafirma la maravilla de esta tierra.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Cueva de las manos




Aquí estuvimos.
Habitamos este país que es tuyo y que fue nuestro.
Refugio, nido, universo, bitácora...
para que tú nos veas,
para que en tí crezcan las ideas.
Aquí, las manos:
fuerza de la fuerza
tejieron lazos dentro de la piedra y el silicio
encerrados en una esfera.

viernes, 15 de septiembre de 2006

EL AURA

Para nás información e imágenes
http://www.uolsinectis.com.ar/buenavista/elaura/indexf.htm

Otra película exhibida en el Festival de Cine Argentino en Resistencia, Chaco, fue El Aura.
Una coproducción que ha cosechado meyoritariamente, muy buenos comentarios.

Ficha Técnica:
País: Argentina, España, Francia
Año: 2005
Guión : Fabián Bielinsky
Director: Fabián Bielinsky
Actores: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Pablo Cedrón,Nahuel Pérez Biscayart, Jorge D’Elía, Alejandro Awada, Daniel Delevin, Rafael Castejón, Manuel Rodal, Walter Reyno, Alejandro Gancé.

Ricardo Darín asume en este film, al personaje principal, Esteban Espinosa.
Espinosa es un hombre callado "metido para adentro" y la película lo manifiesta en escenas sumidas en el silencio que exigió del actor su máximo caudal de expresión. De oficio, taxidermista, pasa el día trabajando aislado en su taller, pretendiendo acercar la vida a los animales muertos.
Espinosa,en su aparente frialdad, guarda en su interior, la secreta pasión del crimen perfecto fruto de - piensa - inteligencia, de planificación metódica, de tener bajo control todos los posibles imprevistos…
La historia, narrada entre golpes de áurea onírico y realidad ,mezcla la imaginación librando asaltos perfectos donde siempre el polícía es el que pierde y lo que cotidianamente sucede con crímenes no tan intangibles para la inteligencia investigativa.
En una circunstancia fortuita,Espinosa se encuentra con la posibilidad de hacer realidad sus especulaciones. Y lo hará a pesar de su lucha contra la epilepsia que sufre.
Esta enfermedad que padece, con sus momentos de aura previa, es la que explica el título de la obra.Hasta que no se ve al protagonista en uno de esos trances, el título parece no configurar coherentemente con el contenido.
El “aura”, le proporciona extrañas revelaciones;pasado y presente se confunden, marcando el dramatismo en la vida de Espinosa.
Las crisis, inesperada, se le ocurren cuando más necesita de sus sentidos, en momentos de efectuar el acto delictivo. Ellas le permitirá descubrir que nada es como creía. Que más allá de la inteligencia y planificación, son necesarias también agallas y un tanto de sangre fría,violencia, miedo, traición…
Se encontrará inmerso en un mundo regido por reglas ajenas a sus códigos, donde obrará por intuición.

jueves, 14 de septiembre de 2006

Whisky Romeo Zulu

En esta semana que pasó, en la Ciudad de Resistencia, Chaco, Argentina, se celebró el Festival de Cine Argentino.Viajé para presenciarlo, aceptando la invitación de sus organizadores, pero un tonto accidente, hasta ridículo y risueño, me impidió cruzar desde Corrientes a aquella ciudad, distante a escasos kilómetros.EL caso es que empecinada por sentirme cercana a los acontecimientos, instalada en casa de mis hijos, alquilé las películas que allí se pasarían. Una de ellas fue:"Whisky Romeo Zulu"
http://www.aquafilms.com.ar/films_wrz.htm
El film, es una denuncia a los contubernios intrincados entre líneas aéreas, seguridad, y Estado, a partir del accidente aéreo ocurrido en Argentina, que algunos medios consignan ocurrido el 31 de agosto de 1999 y otros el 1 de stiembre ( bpara dar el número exacto de víctimas), cuando un avion Boeing 737-200 de LAPA no pudo despegar y se incendió sobre un campo de golf, luego de derribar las verjas perimetrales del aeroparque de la ciudad de Buenos Aires, cruzar la Avenida Costanera y haber estado a punto de embestir una estacion de servicio. En su paso atropello a varios automoviles y peatones.
http://www.fcen.uba.ar/prensa/micro/1999/ms370.htm
La película ha sido galardonada, justicieramente, en varios festivales internacionales a partir de su estreno el año pasado.Dirigida y actuada el actor y ex piloto de avión Enrique Piñeyro relata los acontecimientos previos al accidente, de manera amena con la tensión justa, sin golpes bajos, y con la suficiente valentía.
La obra, ha movilizado discusiones en las que una gran mayoría declara la perversidad de un sistema donde la vida de los pasajeros y oficiales de a bordo, no importan tanto como las divisas que se generan con el uso del transporte aéreo.
Al finalizar el visionado de la película, un sabor amargo me carcomía mi sentido de la dignidad... y, paradójicamente, me dejó la sensación de que algo se está gestando en este, mi país "bananero", dese las voces individuales que se atreven a decir las cosas con su nombre.
Ojalá el esfuerzo de Piñeyro (quién ya ha filmado su segundo largometraje insistiendo sobre el mismo tema, y generando más polémica aún),mantenga el tema hasta lograr cambios sustanciales en cada unos de los estamentos pertinentes.
EN el siguiente link, podrán leer y ver acerca de lo que les comento:

target="_top">www.pagina12.com.ar/.../1-72677-2006-09-08.html

jueves, 7 de septiembre de 2006

INMIGRANTES














A mi abuelos Miguel y Pierina; Pablo Sebastián y Gioana

Con pañuelos volanderos
saludaron desde el puerto
Sin depojarse de afectos.
En la panza de los barcos
o en la clase de primera;
todos,
albergando el mismo sueño.

En las naves hubo
mucha lágrima
y mucho de consuelo.

La vida cada día
con su juego de destinos
sucedía puntualmente
a cada uno por su sino:
Nacimientos celebrados,
algún que otro infortunio
meciéndose al capricho
espectacular del océano.

La travesía era larga
como interminables espejos.

Se hablaba el italiano;
en ese idioma latino,
se encerraban mil misterios.

En el salón había fiestas
que el Capitán inauguraba
cada noche con estrellas
y con el mar en calma
o en medio de tormentas.

En la trama del tiempo
la mujer ,con su rosario
Ave Marías elevaba.
Ora por su patria,
ora por la esperanza.
El hombre, desvelaba
proyectos increíbles,
ora en la labranza,
ora en la inquietud de la posible nada.

En los arcones repletos
traían toda la casa:
El juego de loza,
las fuentes de plata,
Sábanas de hilo
para dormir la añoranza.

Y tanto papel de manila
y plumas y tintas
para escribir las líneas
de interminables cuitas...
...Las fotos en sepia...
Papeles en regla,
manos alertas,
y el corazón repartido
entre dos puertas.

Un amanecer luminoso
al lugar arribaron
Descargaron sus bártulos.

Abrieron sus pasos
hacia distintos amparos:
La pampa extensa
las montañas azules
los inmensos esteros,
los lagos sureños,
suelo verde, suelo rojo,
azul cielo.

¡A hacer la América!
¡A eso vinieron!
................................

Fines de 1800
principios del 900
La diáspora encontró otra patria
de vientre virgen que esperaba
las espigas,la fragua,
la humedad del trabajo,
la fuerza, los cantos,
daguerrotipos velados...
.............................................

...Colección de recuerdos
Encontré hoy
en un cajón del abuelo:

Éstos son
los que trajeron
el no olvido.
Habitan en hileras de luto,
un cementerio.
Trajeron la esperanza, la fe,
amalagamadas con pujanza.
Labraron la tierra
y familias enteras
mezclaron su sueño
aquerenciado en canteras.

Tributo a la vida.
¡Eso fueron!
Son tuyos,
nuestros,
míos,
los abuelos.

Allende los mares vinieron.

Vinieron
a hacerse la América,
y nos hicieron.

domingo, 3 de septiembre de 2006

Sin pedido de olvido REALIDAD




Imagen by destinoexotico


Kolla


Epidemia de cólera en Argentina. !991/92/93



REALIDAD


No pobló
Sus sueños con conquistas
Ni persiguió
La quimera de los votos.
Fue
Seca flor, ojos rotos
Mirada arisca
Sobre sequías, rosas y areniscas.
Estuvo
Para adentro
Llorando
Reclamos de raíces...
Hollado por olvidos
Muriendo
En egoístas almanaques
Desflorando parajes.
Abarcó
sangrías sin memorias.
Silencios.
Lentas condenas engendradas
En país de equivocadas envolturas.
Viene
Del interior lejano;
del error real y largo.
Era
Sólo pequeña voz
Entre valles guardada.
Saltó
de la leyenda
y el puro cuento.
Olvidado hasta por el olvido,
Indio Kolla
Bajo pliegues
Y repliegues
De una historia de minúsculas,
Sin altares,
Sin victorias.
Sin cabalgar
Se descubrió de golpe
Desordenó el cólera
El horizonte pulido
En los discursos presumidos.
Abrió sus fauces
Una nube de ficción.
Vomitó la desvergüenza antigua
exilios oscuros
en la morada
seca
de aguas
y de sentimientos puros.
Nos perseguirá
Un alfabeto de agonías
Desde la pantalla glauca
Hasta desvanecer
La ignorancia
Rancia
Indiferente
Peligrosa
Desaparece la romántica luna
Despedazándose
Entre puñales de tuna.
-Sin trinos_
... Sólo el viento
que pare quejas y tristezas
Se mueren los kollas
enfermos de pobreza!

ALELUYA!!!!!!!!!!!!!






imagen: "El hijo pródigo"
Murillo










Ya ven, amigos: ¡He recuperado mi blog!
Haciendo honor a su nombre "siempre en prueba". Y salí airosa.
Claro que cuando estaba haciendo los "trámites por mi propia cuenta, temí perderlo del todo. Pero aquí está. Ya lo ven.
Estoy felicísima.
06.35 a.m Aún no me he acostado. Valió la pena.
Admito que mucho de ustedes me mandaron sugerencias... Una luz en el camino.
GRACIAS. Los espero a todos nuevamente por aquí, aunque también verifiquen a mi "palabras desde mí" pues allí también escribiré.
Trataré de ir dándole personalidad a cada uno.

sábado, 26 de agosto de 2006

Poema carente de poesía

Cautiva de la historia repetida con la desorientación cavernaria pretendo resolver los enigmas de crípticos signos y sonidos. Hubo un día feliz cuando la luz habitó la cueva y me invitó la circunferencia de una rueda a recorrer caminos ignorados.Inicié entonces, la época bárbara:
Adueñarme las distancias.
Mis misterios superados
buscaron otros misterios.
Seguí interrogando en códices
celosamente guardados en la Alejandría
que ya presiento desvastada. Es que yo misma soy lobo estepario.
Más conocimiento poseo, más deseo Descubro el poder de la palabra y la escritura. En un gesto de locura las comparto con aquellos que por siglos doblaron su testa a la voluntad del hado y sus designios Sin intuirlo
entregué el arma poderosa y la plebe las convirtió en libertarias. Cayeron reinos y monarcas y luego las máquinas junto a la vil moneda producida cambió versos por quimeras áureas que por cierto fundaron nuevos reinos. Por poseerlo todo - hasta la verdad menos verdadera -el genio matemático convirtió su credo en guerra
..Hiroshima es una llaga de vergüenza que nos sume a todos en el lodo... En el intento por recuperar el verbo del judío en el Gólgota crucificado se nos aleja sin resurrección posible. Después, la luna, despojada de su esencia comenzó su llanto interminable en nombre de todos los poetas.
Acompañó a la tierra en su gemido adolorado ay! Sus entrañas destruidas por ávidos habitantes de ella misma. Parió la mente humana la globalizada comunicación abriendo arterias insospechadas mucho de lo bueno y más corrupción. Mi delirio de paz se recluye en una nueva cueva llena de confort.Desde aquí vuelvo al principio.
¡Una vez aprendida la lección?

martes, 22 de agosto de 2006

EL PININ


CANTO AL PININ
Este torturado viajero antiguo
ha encallado su custodia verde?:
Entre juncos y totoras,
 sumergido,
un pequeño lago, ha florecido .

Quejumbroso maderamen encinto
balancea su herbario flotante.
Entretanto,
crece en su vientre una pecera
para habitar el barco sin banderas

Diminuto puerto desvencijado;
tierno amarradero de camalotes;
escondrijo de musgos; vívido islote:
aún espero que alguien te reflote.

Mientras tu destino de poeta fluvial
mece leves letanías de ranas,
anónimas legiones de algas
descansan
en la metáfora de tu proa vana.

Sobre tu tibia memoria,
inaugurando pájaros y caracolas
Cual nido gigante, lírica corola,
tu pena se agiganta
y me ahoga.

Corroe tu frente cruel diseño.

Estela anclada crucifica el sueño
del caballero andante de los ríos
ahora, raíz equivocada
dolor mío

Si por ese ojo dormido, la noche
repite tu nombre en son de reproche:
¡Cruje corazón de vasija errante
conociendo tu destino vacilante!

Déjame decirte, oh, mayúscula de cuento
Cómo dueles, despanzurrado cuenco
al timonel, al capitán, verte varado
hambriento de aventuras,
cántaro muerto
carcomida catedral
- Pinín -
pequeño huerto.                                                              


                                                                          Esquina, Corrientes. Febrero de1992

sábado, 19 de agosto de 2006

A Irenemorocha y a Tano donde quiera que esté

Irenemorocha, cansada de sus trasnochadas intelectuales, aborreciendo cada vez más el tediode las obligaciones, sacó las últimas monedasahorradas, para comprar los pasajes y viajar durante sus vacaciones de invierno. Por fin estaría acompañada con sus queridos padres y sus numerosos hermanos .
Al dinero que había ahorrado para algunas extras en tiempo de relaje, prefirió invertirlo en la veterinaria para que le recetara algún somnífero liviano para Tano, su gato marca cualquier cosa.
Su cerebro maquinó mil maneras para que Tanito pudiera estar a su lado sin que lo percibiera nadie.
El esfuerzo fue exitoso.EL viaje se hizo sin sobresaltos.
Descendió del vehículo en la estación de llegada, apuró los trámites de equipaje y antes de los abrazos familiar de bienvenida, liberó a su felino del bolsillo mediano que había emparchado a la ligera en el interior de su abrigo.
Asomó el rollito tierno y peludo (no era Platero) durmiendo su quinto sueño, borracho de droga relajante.
Con temor, Irene, la morocha, pasó en vela el resto de la noche dudando si su mascota dormía o estaba a punto de colapsar.
Cuando el minino abrió con pereza sus glaucos ojos, la muchacha sonrió con su bocaza sensual y se llenó de ternura verlo tambalear sobre sus cuatro patas como si hubiera metido en un barril de vino.
Sintió aliviadas sus dudas funestas, y respiró con satisfacción el aire litoraleño mientras reprimía el sapukay que quedó a medias en su garganta antes de alarmar a todos en la casa.
Fué a, y vino, de todas partes con el gatuno. Se enorgullecía al mostrárselos a sus amigos de tal manera, que comenzaron a mirarla de reojo y con desconfianza.
No le importaba. Tano era su bebé, su abrigo, su dolor de cabeza, su abrigo, su interlocutor. ..

Día de regreso: Búsqueda infructuosa. Tano no aparecía. Tano no apareció...
Con una tristeza larga hasta más allá del horizonte, la joven dejó su pueblo, para regresar a la capital donde volvería a sumergirse en los estudios.
Lloró durante todo el tiempo que duró su viaje. Lloró en el andén de Estación Retiro. Lloró dentro del taxi, Lloró y gimió mientras trabajosamente trataba de abrir la puerta de ingreso a su departemento. Llorando, tiró sus bolsos en cualquier lado, y dio rienda suelta a todo el volumen de su llanto.

... Hace una semana que llora. Inundó su blog con su mar de lágrimas. Estaba llorando cuando entré a él y me enteré de la desgracia.
El llanto de Irene superaba el ciberespacio.De mi computadora comenzó a manar un hilo de agua, que fue aumentando hasta convertir la habitación en un lago.
Como siempre, mi analfabetismo informático no pudo parar el caudal que continuaba saliendo ya como cataratas a pesar de intentar todo los clicks imaginados.
Sentí como mi escritorio y mi silla, conmigo sentada, comenzaron a navegar al mismo ritmo.
El miedo me inutilizaba,pero no hacía más que seguir junto con el escritorio, el rumbo del agua que ya ya en la sala, había decidido girar en remolinos. YA el lago en la sala había llegado a tener más de dos metros y medio de profundidad. En la superficie,nadábamos la silla, el escritotio, la computadora...Me monté sobre la tapa del escritorio,tomé dos aspas del ventilador de techo al que alcancé sin dificultad, y usándolos como remos comencé a batirlos dentro y fuera del vértigo.
Nunca había remado, de manera que no guardaba esperanza alguna de salir de la situación... Sin embargo, mi improvisada nave al aire libre y sin timón zafó del torbellino, y salió rauda hacia el noroeste, dentro de la casa, rumbo al pasillo de ingreso, ahora improvisado canal.
El agua ya casi sobrepasaba la altura de la banderola de la antigua puerta cancel. Hube de agacharme para no romper la preciosa lámpara de opalina que lo iluminaba. A punto de chocar con la puerta de ingreso, alguien la abrió impulsando a la corriente a ganar la calle.
Ahora, la fuerza del agua disminuirá al llegar al exterior, me dije feliz, mirando hacia el cielo para agradecer a Dios.
Al abrirlos,la fuerza del agua corría ahora por la calle, llevándome consigo.. Por encima de los árboles segúia mi paseo, ya no solitario porque todo cuanto encontró a su paso lo fue arrastrando , flotando como papeles indefensos:
El Mercedes Benz de mi vecino, con él adentro; la mucama de la otra cuadra que continuaba impávida blandiendo su escoba como si barriera su vereda; los cajones de frutas y verduras del negocio de la esquina; los chicos en bicicleta que frenéticamente pedaleaban para llegar a la escuela; el carnicero con una ristra de chorizos en la mano y un cuchillo en la otra, aterrorizado por el espectáculo; las ancianitas del Centro de jubilados que habían ido a que las atienda la pedicura... Todos, en una parafernalia de película.
El agua siguió creciendo y tomó el rumbo hacia el caudaloso río mesopotámico, coleccionando cuanto objeto, animal o persona se cruzara en su andar.
Siguiendo su intinto acuático, desembocó en el río que enfureció por la intromisión y comenzó a agitarse presentando batalla.
Nada podíamos hacer.
Como en el juego del antón Pirulero, cada uno atendía su juego.
Yo pédía SOS por mail, pero todos creían que eran una broma y me contestaban estupideces, una peor que otra.
Los escolares seguían pedaleando, el carcnicero trataba de hacer coincidir cuchillo con chorizo mientras, su cliente se había sentado en el mostradoe fumando tranquilamente su cigarro.
La mucama, había apoyado la escoba en su cuerpo, y se hurgaba la nariz con gran interés.
El vecino del Mercedes, había abierto su lap y escribía algo en ella, compartiéndolo con su acompañante.
A nadie parecía interesarle ni preocuparle demasiado la situación.
Yo gritaba desaforadamente para que caigan en la cuenta que nos íbamos sin destino fijo... Al divisarme, me saludaban alegremente levantando su mano y haciendo visera con la otra pues el sol ya era escandalosamente brillante.
Sorteamos meandros, deltas, islas, ciudades, alcanzamos a ver algo que emergía como la punta del obelisco de la Plaza de Mayo, atravesamos un mar barroso y bravío, que supuse el Rio de la Plata y fuimos a dar en la inmensidad universal del océano.
El mar continuó arrastrándonos sin la conciencia de naúfragos días y noches. La única desesperada era yo, al parecer,hasta que llegamos a un puerto con olor penetrante a pescados y mariscos.
Los pescadores detuvieron su trabajo para mirarnos asombrados, pero nadie nos preguntó nada. Aterrizamos sin sentirnos arrojados por el agua. Más bien tuvimos la sensación de que nos depositó con inmenso cuidado.
Comenzamos a movernos como si conociéramos el lugar, con movimientos plásticos, y lentos... Gacelas extrañas en un lugar distinto.
Caminé sin rumbo aparente. Crucé una hermosa ciudad, vivaz y alegre, donde sus gentes hablaban el español con un dejo de gitano, y los numerosos coño!, joer!, oye tú, pringao!, me anoticiaron que estaba en España.
Escalé unas montañas y ya no sentada a la silla de mi escritorio, sino con él a cuestas y mi compu en un bolsillo, elegí la estrecha ruta cuyo cartel decía : a Colmenarejo, 70 Km.
No sentía cansancio. Mi cuerpo tenía la levedad de una pluma y yo la fuerza de un ejército de hormigas.
Sin preguntar, fui eligiendo la ruta, hasta que llegué a un coqueto barrio residencial.
Otra vez la gente me miraba como me miraron los marineros del puerto...
Abrí la puerta de la casa como si ya la conociera, atravesé la planta baja hasta encontrar la escalera, apoyé mi silla, mi escritortio aún chorreante. Dentro de uno de los cajones entrabiertos alcancé a ver las facturas de la luz, el servicio de Internet, las de Telecom, las de cable televisivo, con sus respectivas fechas de vencimiento y vacíos los casilleros de las cifras adeudadas.
Coloqué la computadora completa sobre la tapa superior del mueble, la sequé con el camisón mojado, me pasé una mano por el cabello, alisé un poco la ropa y comencé mi camino cuesta arriba hacia el primer piso.
Las chinelas producían un chasquido resoplando chorritos de barro y formaron un evidente rastro como el que Hansel y Gretel pretendieron hacer con sus migas de pan.
La escalera terminaba en una hermosa e íntima recepción. A su izquierda, una puerta entreabierta colaba la voz grave de alguien que entonaba una canción romántica. Me llegaba al oído impresionándome tanto como al olfato el olor a azahares que provenía del lugar.
En el trayecto, mi ropaje se había secado. Dejé mis pantuflas al lado de la puerta, y la abrí más para ver quién era la dueña de la voz.
Una inmensa cama con altos barrotes de donde colgaban paños de tela etérea, presidía la escenografia
de la habitación.
Avancé en puntillas. Cuando pasé por frente de un espejo de generosas dimensiones, alcancé a verme de cuerpo entero. (No recuerdo en qué momento me había acicalado como cuando uno se prepara para una gran fiesta: con los mejores detalles. )
Ya casi a un metro de la cama, percibí con claridad la silueta de la cantante tras los visos del dosel.
El pulso palpitó con dulces golpes.
Me detuve cuando la mujer dejo de canturrear. Ella extendió su brazo hacia el lugar donde yo estaba de pie...
Corrió las tenues cortinas. Nos quedamos observánodnos durante unos segundos de tal silencio profundo que hasta se lo podía oír.Y después, con una sonrisa juguetona y ese brillo en la mirada extendió sus brazos sujetando un gato pequeño diciéndome: te estábamos esperando.
Ya con el gato recobrado no me preocupé por saber si quién lo devolvió fue un hada o una bruja.
FIN
PD.: Irene, lo siento el cansancio me llegó después y fue tan grande, que no tuve fuerzas para soportar el peso de tu minino.
Me podrías explicarme qué hacen mi computadora, mi escritorio, y mi silla prolijamente dispuestos en el mismo lugaar de siempre?

jueves, 17 de agosto de 2006

DE NIÑA



Era llegar a casa de la abuela y comenzar las estrategias para escabullirme hasta los cajones traídos desde Europa, Con olor a naftalina ganado a la lavanda. Y jugar que yo misma era una dama viviendo en en palacio con escudo al frente, torre arriba y enormes jardines rodeando. El sombrero pequeño con el velo de tul y motas, los guantes que me quedaban más largos que a su dueña, la estola gris de piel avejentada con la cabeza del zorro presta a morder con su boca el otro extremo y abrigarme...Y los adornos de azabache que colgaba desde el cuello, cruzaba por el pecho, luego era un cinto con su lluvia luctuosa hasta el ruedo. Por cada prenda que probaba, por cada afeite, daba una pequeña escapada delante de la gran luna del espejo, y en puntillas de pie para vigilar si la tertulia de los mayores continuaba... Volver, y ponerme como en el proceso de mayor cuidado y deferencia, los zapatos de gamuza con esos tacos altos y finitos y la pulsera circundando los tobillos. Las pulseras, los anillos, la cartera... Frente al toillete jugar con los polvos de la abuela y ese perfume frescoque... ... Si todavía no me lo puse,! Oh , es la abuela que ha entrado, me mira, me sonríe y una lágrima tiembla en cada uno de sus ojos claros

martes, 15 de agosto de 2006

Una historia como tantas

UN DÍA
Comienza el día, y con la extrañeza con que observamos a un desconocido que insiste en buscarnos la mirada, me veo en el espejo, y pienso en que ésa no soy yo.
Demoro la vista sobre la superficie de azogue, pero no logro reconocerme. Permanezco inmóvil frente a esa otredad... implacable, devolviéndome ojeras de repetidos insomnios y llanto acallados sobre la almohada.
Piel sin luz, amargos sueños juveniles muertos. La boca, un trazo inexpresivo.
Continúo perpleja hasta que el bullir del agua hirviente, sobre la hornalla cercana, se anuncia con el silbido metálico de la pava.
Me resisto a abandonar el tocador presa del maligno hechizo...
Huelo la leche que se derrama sobre el fuego al lado de la chillona pava; me conmuevo un instante, pero persisto en mantenerme inmóvil, escrutando la extraña reproducción de mi rostro.
Una voz imperiosa reclama el lugar para su dueño, mientras el puño demasiado susceptible golpea impertinente. Dejo el cautiverio del cristal. Vuelvo en mí, dormida autómata inexpresiva. Obligo a mi continente salir. El esfuerzo me resulta descomunal.
Percibo corpóreo y trajinado al desayuno, como si resistiese mi despertar. El líquido lechoso y caliente desciende hacia las tripas con dificultad. Un trozo de pan fresco golpea el interior de mi estómago con la pesadez de una roca que no cesa de perturbar en la mañana.
Con la sensación de estar ahogándome en un río turbulento, oigo sonidos pastosos, lejanos; tan conocidos como indescifrables.
Un impensado vértigo me estremece recorriendo la columna vertebral. Serpentea ascendiendo sibilino, devorándome los nervios. Lo creo culpable de este sopor de siesta veraniega en pleno invierno. El aturdimiento continuo me tiene sin Norte.
Percibo mi miedo: tiemblan las manos. Me miento y me busco argumentos convincentes: "tengo los brazos mal apoyados"... Intento recuperar el ritmo normal del pulso implorándole a mis pulmones el último esfuerzo: inhalo; el aire se desliza débil. Intento nuevamente. Sé que no son los pulmones los que no responden; la opresión es más íntima e insondable.
La silla en donde estoy sentada se hunde en el suelo de baldosas y mi cuerpo la acompaña sin poder despegarme del asiento. Quiero huir, pero como sucede en los sueños, las piernas no obedecen las órdenes neuronales.
Siento pánico... Un rumor de pasos y la fragancia penetrante que avanza, hacen que reconozca quién se acerca.
Él viene, está cerca.
Tiemblo. Tirito con una ininteligible conmoción. Él ya ha ingresado al comedor, y en su soberbia, no me registra. Narciso cree que está sólo y el mundo es para él.
Lloro con ausencia de gemidos. Sin poder disimularlo, empapo una servilleta de papel. La sedición instintiva por sobrevivir es ahora, como un rayo, potente impulso. Me separo de la silla y huyo, a pesar de la blandura de mis piernas y los indecisos pies.
Me refugio en mi cuarto. Una cama inmensa – la que fue nuestra – apenas acusa desorden.
Me siento ajena al lugar. Paso largos minutos de pie, con la sensación de no existir. Pasa el tiempo con su modorra cruel.
¿Lejos?, suena el teléfono. Conscientemente demoro en responder.
El pertinaz repiqueteo me exaspera. Crispo las manos al tomar el tubo. Desganada pregunto sospechando la respuesta:
_ ¿Quién es?
_ Del Colegio, señora. La Rectora pregunta si vendrá a dar sus clases.
_ Pero, ¿qué hora es?
_ Las 14,30. Ya ha pasado media hora...
_ Ya voy!... Ya voy! ... Gracias...
No recuerdo si me peiné, si cepillé los dientes... Sé que no me bañé ni planché la ropa; también estoy al tanto de la falta de maquillaje.
No peco de ignorancia: no corregí los trabajos de mis alumnos y es posible que los libros que llevo no sean los adecuados.
Salgo en razonable disparada.
La calle me advierte de la incipiente primavera. Los lapachos exultan su rosado distintivo. El cielo es un pacífico azul. Puertas afuera, me repongo.
Ya en el colegio, la rutina marcada entre timbre y timbre me devuelve a la vida con un caudal de adrenalina. Ajusto el ritmo propio al de la vida, reconociéndome y siendo reconocida. Allí cargo mis alforjas con el cariño que me toca.
Mi Rectora, cómplice, no se ha querido dar cuenta de la tardanza. Mis colegas me contienen con ánimo. Mis alumnos me azuzan en el aula.
Soy. Existo. Estoy viva, a pesar de los moretones en el alma... ("Carga tu cruz, y sigue tu camino"... , tiene sentido ahora.)
Me sorprende el timbre del regreso, y sobre mí se monta una lobreguez de cementerio mientras emprendo el regreso a casa. Ingreso a ella e instantáneamente recuerdo – como si lo hubiera estudiado de memoria – tan claro como si los estuviera leyendo, los versos que escribió Gustavo García Saraví en su poema El Pasado,VI
"Existe un sitio misterioso, al lado/ del recuerdo, cartas olvidadas, / las garúas, las rosas desolladas/ "responde "a este título: pasado, depósito de búcaros, hollado / serafín, urna de las campanadas. / Los "sucesivos hoy, / estas espadas / con filo, contrafilo y punta, el hado / incognoscible de mañana, suertes / "también bastante iguales a las muertes / de las tardes, no inciden en aquella eternidad, / aquella vida "oscura/ y resguardada, aquella larga huella / de la pasión, falseada sepultura."
Y me pregunto: ¿Por qué?, ¿Por qué?
Busco necesariamente mis somníferos. Apuro el vaso; vestida, me acuesto acurrucada a la orilla de la cama.
Rezo sin orden; reiteradas oraciones repetidas y en retazos. La somnolencia me anuncia que esta noche dormiré algo... " Ángel de la Guarda, dulce compañía..." Me "encaracolo": embrión doliente que piensa en mamá, que viene y la acaricia... Es la mamá jovial y llena de ternura. Me besa. Me sostiene entre sus brazos acunándome. Me vuelve a besar, y su calor me entibia como el chocolate de los días fríos.................
Entre sueños oigo a papi. Ha venido a cumplir su rito de mimos" vela la luz de la mesita, sobre ella deja mi golosina preferida, me observa enternecido, acomoda las sábanas y también me besa deseándome buenos sueños.
Mañana...mañana será otro día...

sábado, 12 de agosto de 2006

Amor que no prosperó




Insistía su mirada azulísima en mis pupilas.
Un mensaje indescifrable despertaba mis vergüenzas.
Como un misterioso material inflamable, aún vestida, sentí mis desnudeces.
Quedé atraída de inmediato.
El hombre era fino, elegante, con aire parisino, como el que yo conocí desde la cuna.
En este país ajeno, el argentino parecía ser mi puente a su cultura. Pero era una excusa, solamente, para tenerlo cerca, y dar vuelo a mi embeleso.
Lo veía con las botas lustradas, sus calzones ceñidos, la chaqueta aterciopelada de impecable corte, y ese jabot espumoso que le enmarcaba el rostro.
Había decido aceptarle su requerimiento en el baile de esta noche en casa de aquellos devenidos en patriotas, recientemente.
Temprano llamé a Gusichina que preparara mis sales olorosas y la tina con abundante agua de rosas.
En los ranchos del fondo, las negras se afanaban por alisar mis enaguas, acondicionar el miriñaque, lustrar la seda de mis moños. Canturreaban sin miedo, porque en casa de los Álzaga se les permitía siempre que no usaran los tamboriles... Eso estaba permitido para la fiesta de San Baltazar.
Gusichina se preocupó para que su niño se afanara con mis botitas blancas recién llegadas de París. El pequeño se asombraba contando los orificios por donde pasarían los cordones de seda. Me enternecía verle su cara mocosa haciendo gala de los últimos aprendizajes que yo le daba a escondidas...Su madre, le regañaba reclamándole que se callara o que al menos contara en sordina para que no se dieran cuenta los demás.
"La niña irá al baile esta noche... y a quién le dirá que sí"? _Me decía socarrona y tierna.
Yo le había hablado entusiasta sobre el General que tenía su propio periódico y que soñaba con hacer escuelas... Y bastó para que ella, en el mercado o en la plaza Mayor, o en las tardes de lavandería a orillas del Río, hiciera las averiguaciones sobre el apuesto militar. Todo me lo contaba. Era una alcahueta simpática a quién no podía callar fácilmente.
_ "Cuídese, mi niña". Dicen que es muy galante. Demasiado. Que ejerce una gran fascinación en las mujeres. Que las embruja. "Cuídese, mi niña...".
Me divertían las advertencias de la negra. A la vez que alimentaban mi ansiedad por escucharlo, conversar con él, y saber si era cierta tanta fogosidad endilgada.... Hasta se hablaba de que el hijo del matrimonio
X (Ni me animo a nombrarlo por temor a que me corten la lengua) en realidad es hijo de la hermana de la Señora con el General...
_ Más atractivo me resultaba el hombre.
Luego de la hora del té que bebí disimulando la ansiedad que me apuraba, y de negar con suavidad y firmeza las insistencias de Felicita y María Soledad para que coma las delicias que se habían preparado en la cocina, me retiré a mis aposentos.
Allí, preparé la mezcla de vinagre de manzanas que preservaba la blancura de mi piel y ayudaba a mantener la pequeñez de mi cintura.
Sobre la cama, fui colocando con ayuda de Gusichina y Elvira, El vestido rosa de tafetán de seda, cuidando que sus vuelos no perdieran la prolijidad de la plancha. A su lado, el corset interior que pondría encima de mi faja más interior aún, y que me ayudaría a levantar y unir los senos para que asomaran deliciosos por el escote insinuante del vestido. A continuación mis calzones plenos de puntillas, con sus piernas de encajes que llegaban hasta mis rodillas. Precedidos del miriñaque de cinco círculos que aseguraría la amplitud de la pollera y las cinco enaguas con volanteras.
Casi a los pies del dosel, las medias de fina seda blanca y las botitas parisinas.
Sobre el toillete, ya había dispuesto los polvos de arroz, los polvos colorantes, la barra de color para los labios, el kohol para los ojos que mi madre había comprado en Oriente, cuando su viaje con mi padre.
El Agua de rosas, los peinetones para los bucles, el mantillón de Manila, el abanico español, y los guantes etéreos..
Tras el biombo, la negra Guasichina me esperaba al lado de la tina llena de agua tibia. Me metí en ella cubierta con mi esbozo liviano, de liencillo de lino, para no ofender a la negra que se escandalizaba cuando al principio le aparecía desnuda. El baño no era lo mismo pero las costumbres en Buenos Aires tenían rarezas que no eran convenientes desobedecerlas.
Recibía complacida la catarata de agua que volcaba del aguamanil sostenido por Elvira, mientras Guasichina refregaba sobre la tela con un cepillo de cerdas blandas, las distintas partes de mi cuerpo.
En un momento, sentí una impresión fuerte, extraña, cuando pensé en el General. Junto con el arrebol de mis mejillas que podría haberse atribuido a la refriega y al vapor, se me erizaron las puntas de mis pechos sin poder disimular.
Vi las pícaras miradas de las negras, sin malicias, divertidas.
Me acicalaron como nunca.
Me vistieron con lentitud y hablando casi groserías que no hacían más que aumentar y repetir aquélla sensación en la tina.
El espejo me devolvía la imagen elegante y provocativa de una joven de quince años.
Me sonreí feliz y excitada.
El cochero me ayudó a subir a la volanta y mis dos negras me ayudaban a colocar los vuelos de manera correcta. Viajé tensa y tiesa, riéndome para mis adentros, nerviosa.
Bajé al palacio de los Ayerza precedida por dos negros de librea; franqueé la gran portada del salón, y percibí la sustancia del silencio que causé al aparecer. Fue breve, pero perceptible. Luego, la tertulia continuó hasta que el grupo musical se acercó hasta el clavicordio dando lugar al tecladista, mientras dos violines se disponían acompañar.
El baile abrió paso a los hombre para realizar los convites a las mujeres.
A metros, en el otro extremo del salón, lo vi venir, decidido, sobresaliendo su estampa de entre los demás.
Yo disimulaba mi interés bajando la mirada y arreglando la falda.
Me sofocaba la idea de escuchar su voz.
Ya a mi lado, me tomó la mano y me la besó a la francesa: esta pieza está decididamente dedicada a mí, verdad?
No me desplomé porque mi educación pudo más. Toleré la danza. Una nada más y fingiendo un mareo, me retiré al balcón donde estaban unas amigas.
Callé. No dije nada.
Pero, qué voz de pito, General!
Así, por oírlo, es que me desilusioné del General y sus galanterías dejaron de tener atractivo.
Pero sí. Inexplicablemente, el General Belgrano sostenía una fuerte fama de galán y seductor.


El rumor que todavía vive de que Belgrano era afeminado se creo a partir de su carácter demasiado amable, sensible, fino y delicado; contando también la voz aflautada, por no decir de pito.

martes, 8 de agosto de 2006

Norberta Calvento ve pasar a La Delfina


Norberta Calvento,
de negro renegrido.
Ni una lágrima que ruede,
ni un gesto de dolor.
¿Con qué sentimientos mira al cortejo,
_La lentitud de ese agravio
Que querelló su corazón_?

Norberta Calvento,
novia de siempre
Sumida en su interior.


Norberta Calvento mira
Pasar al invasor:
Muerta la infamia

Leve sonrisa dibujada,
Para la espina en su alma.
Dieciocho años de sopor.

Se dijeron muchas cosas,
Se dirán otras tantas
Acerca de ellas dos.

Ella se sabe blanca,
Enamorada,
A pesar de la traición.

...Pancho ya había muerto;
La otra, hoy en el cajón.

Ella, sola, en su blanca ilusión.

...Cuando murió Norberta,
Vistió de blanco
Como las novias puras
Con el vestido que nunca usó.

lunes, 7 de agosto de 2006

Alguna vez escribí:

Confieso que te amo;
es entonces que te dejo
para que vuelvas y compruebes
que sigo aquí
esperando tu regreso

El tiempo ha pasado. El regreso se produjo y llegó para confirmar la regla "Nunca segundas partes fueron buenas".

Nunca sabré si fue una segunda oportunidad que ofrecí o que me dí.
Hoy, tengo la certeza de que el sentimiento continúa pero la razón promueve un NO rotundo al reencuentro.

jueves, 3 de agosto de 2006

Cecilia

















Les presento a Cecilia, en su segundo día de vida.
Las palabras huelgan, al menos para mí.

Poco a poco iré a visitarlos en sus blogs para ponerme al día con lo publicado y hacer los comentarios, si puedo, en cada uno de los artículos que me perdí en estos días de ausencia.
Un abrazo para todos.

jueves, 13 de julio de 2006

VACACIONES

Amigos:
me voy de vacaciones unos días.
También a esperar la llegada de la primera nieta (tengo cuatro nietos).
Los extrañaré.

lunes, 10 de julio de 2006

Sin embargo, volví al polvo y fui árbol


Imagen:
lying by netamir
www.flirck.com








Vaciaron mis ojos.
Con ellos hicieron
canicas torbas
para juegos sucios.

Arrancaron mi lengua
para que acalle
la injusticia de la guerra.

Clausuraron mis oídos
para que no oiga
de la libertad,
los himnos.

Me descuartizaron.
Sin pies ni manos
no podré viajar
ni construir
el mundo en otro lado.

Me detruyeron el corazón
para que no compadezca
a los seres humanos.

Cortaron mi cabeza.

Extrajeron sus entrañas.
Las quemaron
para que no se propaguen
mis ideas libertarias.

A mi cuerpo dejaron
librado
al triste proceso putrefacto.

Sin embargo,
volví al polvo y fui árbol.
Alimenté a los carroñeros
y remonté libre vuelo.
Me repartí de dos en opuesto
y viajé cuatro rumbos
por cuatro cardinales.
Regresé en escencia
dentro de los cuerpos
de los que tienen hambre.

viernes, 7 de julio de 2006

Metáfora
















METÁFORAS

Cúpulas.

Vertical y brújula...
Estambre y corola acribillan instantes.
Polen glamoroso.
Sofocado clamor mordiente.
La noche que hilvana sueños.

lunes, 3 de julio de 2006

Irreverencia a Cátulo

Dicebas quondam solum te nosse Catullum,
Lesbia, nec prae me velle tenere Iouem.
dilexi tum te non tantum ut vulgus amicam,

sed pater ut gnatos diligit et generos.
nunc te cognovi: quare etsi impensius uror,multo mi tamen es vilior et levior.
qui potis est, inquis? quod amantem iniuria talis
cogit amare magis, sed bene velle minus.


Desde un poema de Catúlo, traducido al español rioplatense (españo hablado en la Argentina), nació:
CARTA A LESBIA, de mi autoría
(La traducción no me pertenece)
"En otro momento decías, Lesbia, que sólo admitías a Cátulo y que ni a Júpiter querrías tener en vez de mí. Entonces te me enamore de vos no como el vulgo a su amante, sino como un padre ama a sus hijos y a su linaje. Ahora sé quien sos. Por eso, aunque ardo vivamente, me sos mucho más vil y traidora. Me preguntas cómo es posible. Porque una injusticia tal obliga a desear más pero a apreciar menos."

CARTA A LESBIA

Lesbia amada, idolatrada y por tanto también odiada:
Me juras y perjuras que sólo a mí has de amarme.
Desgarras tus vestiduras. Derrochas palabras y lágrimas con tales aseveraciones.
Mas es voz de todos, tus liviandades frecuentes, y que a tu esposo también de tu suavidad le haces preso.
Inútil es decirte cuánto te amo y qué grande es ese amor que por ti guardo.
Me han caído ya las vendas. Ahora todo veo claro: a tus encantos he cedido y por tus encantos vivo enredado. Enredado en llantos y solitarias noches. Enredado entre el decir del populacho. Enredado entre lamentos y engaños.
De lo noble a lo innoble caigo. Entre amor y odio me debato.
El odio es el que mueve este momento, pero al instante muero de amor que es tormento.

sábado, 1 de julio de 2006

INGENUA PALABRA CELEBRADA

LALLI, PAOLA MORGANA
Escultura: 70cm x 50cm.
"Traición". Técnica:
Cerámica en plancha,
esmaltadas con óxidos.
Medidas 60 x 60 cm. Año 1996.







Si yo supiera que tu lengua
soltóse por buen vino en abundancia,
te alcanzaría el perdón por cada letra.
Pero el reitero de lo dicho ya no era,
mensaje de cosecha añejada
sino retahíla de insultos
por cuentas de un rosario nada sancto.
La verborragia salida sin nobleza
Rasgó el velo permanente
ocultó la verdad de tu pobreza
Durante años de ajenas in - certezas.
No voy a negar el dolor y el desengaño,
Y saber que explicar ya era en vano.
Preferí dejarte en tu soberbia
Liberada sin el peso insoportable
De la amistad mancillada en mi existencia.
Hay un pasado que recojo con cuidado
En honor a la ingenua palabra celebrada
AMISTAD, AMIGA, HERMANA
Hoy yacente en el corazón, quebrada
.

miércoles, 28 de junio de 2006

El Tren de la Vida- I Estación

Mi tren ha emprendido su viaje sin retorno exactamente el día que me concibieron.
A partir de entonces, mis viajes han sido como los de todos: colmados de experiencias. Algunas tan traumáticas que, las hemos olvidado…
Pero yo añoro recordar el día, cuando madura, el vientre de mi madre comenzó la puja para expulsarme del vagón más mullido y confortable.
Me imagino atravesando dolorida, el estrecho vehículo que colabora con arrojarme fuera de ella. Seguramente amé a mi madre más que nunca. Compartíamos la experiencia del intolerable resquebrajamiento físico y de la renuncia de pertenecernos absolutamente una a la otra.
El latido de sus vísceras confundido con el de mis venas y arterias se elevaba en decibeles hasta volverse insoportable.
Pareciera que todo va a estallar...Voy a morir ...
Mi mente crea el grito que debiera ser un aullido de reclamo: Mamáááááá!!!!!!!!.
El cuerpo, se desplaza como si una memoria programada lo obligara a descender.
De a ratos, escucho a mi madre quejarse con voz aguda y ahogada.
Otras voces dicen cosas que no entiendo.
Desde dentro, una fuerza poderosa me empuja con cierto ritmo brutal. Resbalo en una tubería húmeda y sangrante. Creo que estoy lastimada.
Mis hombros se acomodan con movimientos que luego supe que sólo un contorsionista entrenado podría imitar.
Ahora, el empujón propinado me lanza frenéticamente, y ya no puedo - sé-, guardar esperanza alguna para retroceder.
Algo gira mi cabeza como a un trapo se lo retuerce para desagotarle el agua sobrante.
La sensación gélida me atraviesa desde la cabeza hasta la más ínfima terminal nerviosa. Es una impresión pavorosa.
Otro algo, tira de mis hombros – uno por vez – y amplía su territorio para tomarme totalmente.
Perforan mis oídos ruidos y voces apuradas e intensas. ..
_¡Nena!,gritó alguien...
Me elevan sujetándome de los pies, como cuando se cuelgan los conejos recién atrapados.
Alguien llora…con un llanto raro…Ríe, llora, habla…reconozco inmediatamente la ternura de mamá. Rozo la suavidad de su piel y olvido todo. Golpea en mis neuronas imprimiendo su olor, que me signará para siempre la unión primigenia e indisoluble.
Me gozo en ese mar de epitelio receptivo, mientras sollozo con igual emoción.
Creen que no veo, pero yo respondo a la mirada acuosa, de miel, que me sostiene jurándome que siempre, siempre, estará a mi lado. Yo sé que así será.
Con su gesto protector tantas veces reiterado, me invita al banquete venido de sus senos. Entonces, sé que he rendido el examen más difícil y que estoy viva. Que el prodigio de su leche me nutrirá para adquirir la fuerza necesaria.
Primera estación.
He llegado.
Ahora será cuestión de dormir, descansar lo suficiente, para seguir viajando este largo camino hasta el final; cuando Dios diga...


...A pocos metros, un hombre me mira embelesado.

jueves, 22 de junio de 2006

Bienaventurados

Bienaventurados
Los que oponen las sonrisas
A las muecas de dolor.

Bienaventurados
Los de urgentes
Peleas contra el tiempo.

Bienaventurados aquéllos
Que entibian la mano
Y prestan ternura al desesperado.

Bienaventurados
Los que conservan
La angélica piedad.

Los que miran dónde duele
Y en cada enfermo ven
A un hermano amado.

Bienaventurados
Los que buscan
Hacia adentro,
Las etéreas palomas
Que se crían en el alma de los pobres.

Bienaventurados
Los que luego del estéril dramatismo
Suman a la paciencia, el respeto.

Bienaventurados aquéllos
que no olvidan su dimensión humana
Y sostienen en sus manos
Al corazón del otro.

...Que absuelven al enemigo
-paciente no escogido-
y lo asisten
arriando la bandera del enojo.

Bienaventurados, sí...

Los médicos de trasnoche y madrugada.
El de Navidades truncas.
El de la familia a cuentagotas.
El de las mañanas ojerosas...
Bienaventurados, sí:
El crucificado y el redimido.
El de la nacencia
Y el de la impudicia de la muerte.
El incomprendido.
El amado
El de delantal albo, paso diligente y silencios largos.
El de las lágrimas de risa y de llanto.
El del silencio cuando la ciencia dice basta.
El que come panes bendecidos
Y reparte la esperanza.

Bienaventurados
Los médicos del mundo.
Los amigos olvidados.

3 de diciembre de 1996

jueves, 15 de junio de 2006

Viene el cuco!













Por esas calles
de muros vetustos
maquillados de moho
asciende cansino
el "viejo del miedo"

A lanza desnuda,
con un canturreo
de ranas de charcas
en noches de enero.

Apacible avanza
con frases dispersas.
Los niños se tensan .
Ya tiemblan de miedo.

El hombre pasa
vestido de espectro,
de harapos ajenos.

Arriba, en el cielo,
constelación de jazmines
escoltan su aura.

Silente la luna
observa
la triste figura
del hombre que pasa.

martes, 6 de junio de 2006

LOS PRIMEROS


Los primeros
A las siete de la mañana - temprano para este pueblo de perezas estivales-; temprano para
las disposiciones municpales; temprano para las trasnochadores-,comienzan los barrenderos
su tarea.
En las esquinas despliegan sus elementos de limpieza: Pala, escobas de esparto, rastrillo, y
un gran recipiente montado sobre una plataforma con ruedas.
Se saludan a viva voz, se hacen chanzas, alguno apura el primer cigarro del día. Protocolos
de rutina.
Apoyado sobre el mango de la escoba, el que parece tener el mando, otea las cuadras
del pavimento, y comienza a dar las órdenes, seguro de su estrategia.
Una lentitud se manifiesta en la voluntad de los obreros.
Arrastran en vaivén las escobas, sin gran esfuerzo: una pasada sobre la calle, y en el aire,
cuando regresa. Danza , danza, la escoba y su dueño.
Xhac,shhhhhhh, chac, shhhhhhh, las escobas. Y el hombre que la abraza la conduce por
la polvorienta pista, siempre hacia adelante.
Detrás, otro hombre retira con un escobillón muy ancho, el basural hacia los bordes.
A diestra y siniestra construye una cordillera blanda a lo largo del recorrido .
Se topa con un automóvil estacionado que le sirve de excusa para detenerse un rato.
Toma posición de descanso: un pie afirmado con mayor fuerza, el cuerpo algo incli-
nado, relaja su cintura, y con el dorso de su mano retira las gotitas de sudor que han
asomado en su frente.Mira al cielo, (más que por un mecánico gesto que en actitud
de rezo),se retira su boina y vuelve a secar su frente, esta vez con el antebrazo. Ca-
rraspea, una, dos , tres veces, hace rodar estruendosamente en su garganta el líqui-
do viscozo , lo acumula en el interior de su boca y luego lo arroja fuera de sí en una
magnífica escupida. Se rasca el traste con cierto disimulo,y acomoda la cintura del
pantalón para , parece, continuar con la tarea.
Vuelve el escobillón a realizar su danza, distinta del de la escoba pués el ímpetu de
su fuerza parte del centro que comanda el obrero haciéndole dar enérgicos avances
siempre hacia el cordón de la vereda. De frente al cordón, desde el medio de la
calle, en posición, avance, paso largo, paso cortito, dos picaditas, y de vuelta al
centro, por esa cinta gris interminable.
Ha dejado montoncitos como un bordado, alrededor del coche estacionado.
Chac, shhhhh, chac, shhhhhhhh, allá adelante.
Más atrás,el otro ritmo del escobillón precede al músico del fondo que produce
un complejo sonido entre el rodar de la plataforma, el vibrar del recipiente me-
tálico y las pausas periódicas que preparan la onomatopeya áspera de la pala que
recoge los montículos, se alza amenazante, y vuelca el contenido en la boca negra
de la lata.
Los hombres actúan de memoria. Sin pasión y sin pausa.
Así su rutina, hasta las tres de la tarde.Iinvierno y verano.Siempre lo mismo: simpre la
pobre mesa, siempre los cortos sueños, siempre una calle larga por delante,
para dejarse ir en su pobreza hasta cuando Dios quiera.

viernes, 2 de junio de 2006

Enamoramientos



















Imagen: Barrero AMANTES II


Y yo me guardo entre espumas
de tu sexo
estrenándome cohibida.

Memoro la entrega
Y me abroquelo
En aquella virgen moribunda

...Que fue como irme,
morir embriagada
Y volver
desde mí
a ti
apasionada

sábado, 27 de mayo de 2006

DIEGO


DIGO:
_que a este cuento lo he posteado en otro de mis blogs.

_que es mi deseo compartirlo con todos mis amigos

_que por ello, lo transcribo en su totalidad para conocernos

más a través de sus comentarios

Por lo expuesto, me ordeno:
publícalo.



Lo amé locamente.

Mis días sólo tenían pensamientos para él, ojos para él,
atenciones para él, canciones para él.

Sí. Lo amé locamente.

Fue un regalo que Dios dispuso para mí. Mi felicidad.
Mi objetivo diario.
Mi razón para encontrarle un significado al día.

Se llamaba de otro modo, pero para mí era Diego.
Diego de Triana. Porque en los tiempos de Jardín
de Infantes, el cuento de mi maestra Amanda me
había fascinado.( Aún persisten los ecos olorosos
de caramelos y manzanas mezclados con la voz de
la “señorita”: Diego anunció desde muy alto :
Tierra!);
Y desde entonces, Diego de Triana pasó a ser el
Príncipe Azul que esperaba: sería como un ángel.
Un ser luminoso, que me inundaría de felicidad.

Y cuando lo tuve a él...
Sí; - porque lo tuve - lo poseí con la totalidad de
la obsesión; del capricho; del egoísmo.

Diego fue mío.

Los celos me torturaban. No permití que ninguna
mirada se dirigiera a él. Yo creía protegerlo de malas
intenciones.

Él nunca se quejó. Me permitió todos los excesos.

Diego estuvo conmigo.

Nunca sospeché que me abandonaría.

…Fue el día que pasamos en el jardín divirtiéndonos
con adivinanzas.

Se había nublado. El proceso fue lento.

Primero, el sol de octubre había instalado un brillo tan
azulino en el cielo, que inspiraba al silencio.

Estuvimos un largo tiempo contemplativos; yo,
abrazándolo con esos abrazos míos tan posesivos…

Apareció la primera nube de un gris tímido mezclado
de blanco… y empezamos el juego: … “¡a que ahora
se forma la cara de la Virgen!”, dije.

(Diego nunca me contradecía…)

Yo Seguí arriesgando formas posibles mientras el cielo
iba oscureciéndose.

E inevitablemente,comenzó a llover, y solté el cuerpo
de Diego para levantar la tetera , la azucarera y las
tazas del té que habíamos disfrutado en compañía.

Junto con la lluvia, se desató un viento feroz. En la
casa,puertas y ventanas se golpeaban disparatadamente.
Las cortinas se arremolinaban llevando todo al suelo.
Un florero cayó haciéndose trizas sobre el piso de la cocina .

Truenos, rayos, viento, puertas, ventanas, componían una
tenebrosa sinfonía.

De repente, se apagó la luz… Tuve un leve estremecimiento
y la sensación de soledad se me hizo cierta cuando llamando
a Diego, éste no respondía.

- Diego!; Diego! grité…

El ruido en la atmósdera era aterrador.

Salí a ciegas a buscarlo: Dieeegooooo!, Diegooooooo!

Tropecé con algo que me lastimó una pierna. . Sentí dolor y
cómo me corría la sangre desde la rodilla hacia los pies. Pude
levantarme con esfuerzo, pero el agua había transformado al
suelo de lajas en una pista enjabonada, y volví a caer. Me
lastimé la boca, a pesar de haber puesto las manos para
amortiguar el golpe.

El viento era cada vez más feroz... Agua, hojas, ramas, me
castigaban rostro y cuerpo.

Dieeeego! Volví a llamar,desesperada.

Traté de concentrarme para ver si oía algo que me diera la
pista dónde encontrar a Diego.

Un rayo salido del mismo infierno, partió al jardín en dos.
Me encegueció.
Perdí el sentido de orientación mientras todo se intensificaba:
el clamor del agua, los truenos, el viento, mi miedo, mi
desorientación.

Llorando, me arrastré hasta encontrar una pared que me
sirviera de referente.
Siguiéndola, alcancé a percibir una oquedad. Extendí los
brazos hacia los costados. Palpé una superficie de madera
empapada; restos vegetales y tierra pegadas a ella.

Rezando, implorando a Dios por mi Diego, entré a la casa,
tiritando de frío o de miedo- no sé bien-.

Por favor, Diosito, que Diego haya podido refugiarse
en la pérgola de invierno! Allí estaría algo protegido.
Repetí mis ruegos como una letanía mientras el cielo
no cejaba su furor.

Recé y recé.

Lloré con todos mis fuerzas mientras seguía clamando
a Dios por mi Diego, hasta que el cansancio me rindió.
La luz no regresó hasta la mañana siguiente.


Quedé dormida y tuve pesadillas: Diego me miraba
con sus ojos azules y esa sonrisa que nunca pude
descifrar mientras se dejaba mimar por Susana quién
me lo llevaba…; Diego era izado por el viento y como
un barrilete, se iba, cada vez más alto, - más alto que
el Palo Mayor de la nave desde donde anunció tierra -
… Cada vez se volvía más pequeño hasta desaparecer….

Cuando desperté, todo había vuelto a la calma.

Desde la lucerna de mi habitación pude adivinar la
presencia del sol.

Salté de la cama. El cuerpo me recordó las caídas
de la noche. Una rodilla hinchada, tenía una costra
amarronada y reseca que bajaba como una hilacha
hacia el pie. Me costó flexionar la pierna y cuando
apoyé las manos en la cama para dar un impulso al
cuerpo y levantarme, las articulaciones de mis manos
respondieron con padecimiento.

Busqué la puerta y salí a ver dónde estaba Diego,
todavía con la impresión de abandono que me
habían dejado mis pesadillas de la noche anterior.

La casa olía a limpio y dentro, ya todo estaba en
orden: aunque faltaba el jarrón en la cocina, y las
ventanas no tenían sus visillos.


El corazón me latía a veces en el cuello, otras en
la garganta y otras, casi se me salía de la boca,
mientras cruzaba la sala y el comedor, luego la
galería en busca de mi Diego.

Desalentada crucé el patio de lajas hacia el banco
donde habíamos estado adivinando formas en las
nubes...

Lo encontré caído entre dos pesadas ramas del
viejo algarrobo. Indefenso, de bruces, desarticulado.

El espectáculo me sobrecogió. Grité su nombre con
voz enronquecida y volví a llorar desconsoladamente .
Sentí cómo el alma se me rompía en miles fragmentos.

Con desesperación di vuelta su cuerpo y el terror me
desorbitó.

Contemplé el espectáculo muda de espanto.

Pasé del llanto a la mudez absoluta en una fracción de
segundos.

Quedé atónita sin encontrar razón alguna para justificar
la tragedia que tenía ante mí.

…...........................................................................
.................................... ..................................



Pasó mucho tiempo hasta comprender que los muñecos
de yeso se derriten por la acción del agua.

.....................................................................................
............................. ..................................

Nunca olvidé a mi Diego.
Aunque mamá y papá trataran de suplantarlo
con sucesivos modelos.

jueves, 25 de mayo de 2006

Homenaje a mi patria, en su día

ODA ESCRITA EN 1966
Jorge Luis Borges

Nadie es la patria.
Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba
de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce
por el tiempo,ni los otros
que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria.
Ni siquiera los símbolos.

Nadie es la patria.
Ni siquiera el tiempo
cargado de batallas, de espadas y de éxodos
y de la lenta población de regiones
que lindan con la aurora y el ocaso,
y de rostros que van envejeciendo
en los espejos que se empañan
y de sufridas agonías anónimas
que duran hasta el alba
y de la telaraña de la lluvia
sobre negros jardines.

La patria, amigos,
es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo.
(Si el EternoEspectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago,
Su olvido.)

Nadie es la patria,
pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban,
argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro,
incesante,
ese límpido fuego misterioso.


Jorge Luis Borges