Mira estos pétalos mustios. Los fuiste arrancando uno a uno con pocas ternezas Quedé desnuda la piel encabritada de promesas En mis pies, el rayo de luna serpenteaba y las sombras quedaron mudas. Una triste canción no pronunciada desangra en los poros mi cintura. Sin embargo hubieron momentos ascendidos y locos enredos de suspiros
Ahogos
de la propia vida provocando
senderos con tus manos.
Asumo los recuerdos y alejo
este presente
de nieve
brumas
y abandono.