jueves, 17 de agosto de 2006

DE NIÑA



Era llegar a casa de la abuela y comenzar las estrategias para escabullirme hasta los cajones traídos desde Europa, Con olor a naftalina ganado a la lavanda. Y jugar que yo misma era una dama viviendo en en palacio con escudo al frente, torre arriba y enormes jardines rodeando. El sombrero pequeño con el velo de tul y motas, los guantes que me quedaban más largos que a su dueña, la estola gris de piel avejentada con la cabeza del zorro presta a morder con su boca el otro extremo y abrigarme...Y los adornos de azabache que colgaba desde el cuello, cruzaba por el pecho, luego era un cinto con su lluvia luctuosa hasta el ruedo. Por cada prenda que probaba, por cada afeite, daba una pequeña escapada delante de la gran luna del espejo, y en puntillas de pie para vigilar si la tertulia de los mayores continuaba... Volver, y ponerme como en el proceso de mayor cuidado y deferencia, los zapatos de gamuza con esos tacos altos y finitos y la pulsera circundando los tobillos. Las pulseras, los anillos, la cartera... Frente al toillete jugar con los polvos de la abuela y ese perfume frescoque... ... Si todavía no me lo puse,! Oh , es la abuela que ha entrado, me mira, me sonríe y una lágrima tiembla en cada uno de sus ojos claros