jueves, 14 de junio de 2007

Uno siempre atraviesa pruebas:
Las que surgen propiamente de la vida cotidiana: una bisagra que ha desbastado la madera, el microondas que deja de funcionar, el servicio doméstico que falta justo el día que se está mas ocupado,Internet que se cae el día de un examen en e-learnming...Y el día se transforma en un caos
Las pruebas que te impone el "satblishment":
tolerar el paso del tiempo en las inmensas colas si requieres un servicio público, mientras los servidores se dedican a charlar con amigos, calles sin la higiene y mantenimiento diario, tránsito vehicular librado al capricho del conductor,remisses con tarifas caprichosas, caballeros que dejaron de serlo, latas de alimentos cubiertas de polvo en los mercados, heladeras que debieran preservar alimentos perecederos durante todo el día que fueron desenchufadas por la noche, medicina que funciona turno tarde porque por la mañana los médicos están trabajando en otro "conchabo" (algunos lo necesitan es cierto; y a ellos los libro de responsabilidad), Precios y sobreprecios...
Las que te impone el ámbito de trabajo: compromisos a medias, algunas incomprensiones, horarios absurdos, sanitarios ausentes, desprolijidades, intolerancias...
El caos de uno mismo: idas y vueltas del cigarrillo, noches de ojos abiertos, mentiras,verdades absolutas, amistades de siempre, amistades perdidas, conversiones, descreimientos, fe, esperanzas, fracasos, dolores, suturas, los que están, los que se fueron...
Siempre en prueba, siempre en prueba...
Y la felicidad por estar vivos para sortearlas.