miércoles, 28 de junio de 2006

El Tren de la Vida- I Estación

Mi tren ha emprendido su viaje sin retorno exactamente el día que me concibieron.
A partir de entonces, mis viajes han sido como los de todos: colmados de experiencias. Algunas tan traumáticas que, las hemos olvidado…
Pero yo añoro recordar el día, cuando madura, el vientre de mi madre comenzó la puja para expulsarme del vagón más mullido y confortable.
Me imagino atravesando dolorida, el estrecho vehículo que colabora con arrojarme fuera de ella. Seguramente amé a mi madre más que nunca. Compartíamos la experiencia del intolerable resquebrajamiento físico y de la renuncia de pertenecernos absolutamente una a la otra.
El latido de sus vísceras confundido con el de mis venas y arterias se elevaba en decibeles hasta volverse insoportable.
Pareciera que todo va a estallar...Voy a morir ...
Mi mente crea el grito que debiera ser un aullido de reclamo: Mamáááááá!!!!!!!!.
El cuerpo, se desplaza como si una memoria programada lo obligara a descender.
De a ratos, escucho a mi madre quejarse con voz aguda y ahogada.
Otras voces dicen cosas que no entiendo.
Desde dentro, una fuerza poderosa me empuja con cierto ritmo brutal. Resbalo en una tubería húmeda y sangrante. Creo que estoy lastimada.
Mis hombros se acomodan con movimientos que luego supe que sólo un contorsionista entrenado podría imitar.
Ahora, el empujón propinado me lanza frenéticamente, y ya no puedo - sé-, guardar esperanza alguna para retroceder.
Algo gira mi cabeza como a un trapo se lo retuerce para desagotarle el agua sobrante.
La sensación gélida me atraviesa desde la cabeza hasta la más ínfima terminal nerviosa. Es una impresión pavorosa.
Otro algo, tira de mis hombros – uno por vez – y amplía su territorio para tomarme totalmente.
Perforan mis oídos ruidos y voces apuradas e intensas. ..
_¡Nena!,gritó alguien...
Me elevan sujetándome de los pies, como cuando se cuelgan los conejos recién atrapados.
Alguien llora…con un llanto raro…Ríe, llora, habla…reconozco inmediatamente la ternura de mamá. Rozo la suavidad de su piel y olvido todo. Golpea en mis neuronas imprimiendo su olor, que me signará para siempre la unión primigenia e indisoluble.
Me gozo en ese mar de epitelio receptivo, mientras sollozo con igual emoción.
Creen que no veo, pero yo respondo a la mirada acuosa, de miel, que me sostiene jurándome que siempre, siempre, estará a mi lado. Yo sé que así será.
Con su gesto protector tantas veces reiterado, me invita al banquete venido de sus senos. Entonces, sé que he rendido el examen más difícil y que estoy viva. Que el prodigio de su leche me nutrirá para adquirir la fuerza necesaria.
Primera estación.
He llegado.
Ahora será cuestión de dormir, descansar lo suficiente, para seguir viajando este largo camino hasta el final; cuando Dios diga...


...A pocos metros, un hombre me mira embelesado.

32 comentarios:

CEL dijo...

Emocionante viaje, el de llegar a la vida, con dolor y alegria por ambas partes, has recreado en este escrito el sentimiento hermoso que siempre nos unira a nuestra madre, hasta cuando ella ya no este.

Muy hermoso.

PELO-PON-ESO dijo...

la vida es el viaje más maravilloso que podemos tener. Empezamos sin saber mucho y terminamos agradecidos por el viaje y en todo el proceso, nuestras almas curiosas se dedican a nutrirse de experiencias. Que bello es seguir en el camino.

saludos de Perú
Joan Manuel

yole dijo...

También yo busco el silencio para adentrarme en tus palabras de vida.

Besos.

noname dijo...

Me has dejado sin aliento, muy bello lo que has escrito.
Y es cuando me siento tan lejana a ese mundo.
Cariños.

Noa- dijo...

La magia del nacimiento a la vida, los cordones vitales que pese a haber caído el umbilical nos unirán siempre a esos seres que nos crearon.

Saludos

alasdemariposa dijo...

y Freud que lo instaló como el primer trauma... bueno es así. Sin embargo la contra parte es el vínculo indisoluble; en aquellos seres que sí quieren el rol y la función de estar y ser madre.

besos

bettyylavida dijo...

que más quisiera yo relatar un parto como lo has hecho tú, dilaca

por cierto, estás dentro de la pecera, sólo tienes que aceptar la invitación por mail, pero hay un fallo, no hablarás sobre la soledad sino que hablarás sobre otro tema,ya nos pondremos de acuerdo en mi blog de www.adiosmicorazon.blogspot.com

muchos besos

verde oscuridad dijo...

Un viaje increíble, aunque sumamente real. ¿habrá segunda estación?

Clarice Baricco dijo...

Me has hecho retroceder a mi pasado, el difícil viaje que tuve con Bethania, pero al final, llegamos al vagón destinado.

...y estoy atrapada en los carriles que solo los da un tren.

...y me gusta el viaje en su lentitud.

Te abrazo entre las vías de mis montañas...

jorge angel dijo...

bonita historia, un gusto leerte, no puedo mirarte, pero te leo embelesado.

besos

Abril_de_otoño dijo...

que linda historia,.
que satisfactorio viaje,,,,
que sencacion si te miran asi...

garcias a ti,,,,,

Diana L. Caffaratti dijo...

Cel:
Como dices, el lazo con la madre sobrevive a la muerte.

Diana L. Caffaratti dijo...

peloponeso:
Y aunque el llanto ocupe muchos de sus días, la vida es una experiencia bendecida.

Diana L. Caffaratti dijo...

Yole:
Cuando las palabras no alcancen el valor del silencio, es preferible callar, verdad? (a propósito de tu artículo y nuestros sendos comentarios)
Un abrazo.

Diana L. Caffaratti dijo...

noa:
Indisoluble lazo a pesar de las alas que nos dieron libertad.
Mi madre fue una mujer extraordinaria. Y qué decir de mi padre!
En realidad , soy una afortunada.

Diana L. Caffaratti dijo...

Más allá de los complejos enunciados por Freud, están las sublimaciones. Entre ellas, el reconocimiento.

Diana L. Caffaratti dijo...

Betty:
Espero tu "mandato"

Diana L. Caffaratti dijo...

verde oscuridad:
Ni quieras imaginar cuántos esperan la segunda estación...
Es un desafío planteado. Pero aún no he tomado el guante...
Habrá que esperar...

Isabel Barceló Chico dijo...

Un relato conmovedor y muy tierno. A veces nos olvidamos lo que cuesta dar y recibir la vida. Me has hecho pensar en mi madre y en lo que quizá he sido para ella. Un besazo.

bettyylavida dijo...

dilaquita, ya te he mandado el mail de invitación, aceptalo,y entras dentro, y ya es cuestión de organizarnos en mi blog, besos

Diana L. Caffaratti dijo...

clarice:
Pues ya te he dado un motivo para contar lo tuyo.
Un beso

Diana L. Caffaratti dijo...

jorge angel:
Me hace feliz tu comentario.
Gracias.

Diana L. Caffaratti dijo...

abril:
Mi padre me miró toda la vida embelesado ( complejo de Electra?) Allá Freud y sus explicaciones.

Diana L. Caffaratti dijo...

isabel romana:
No tan jugosas como tus historiaa.
Pero sí; puede ser mi texto un hilo que nos conduzca a repensar las relaciones con nuestras madres.

Diana L. Caffaratti dijo...

betty:
estoy preparada.

bettyylavida dijo...

hola dilaca, el problema es que seguro que se me olvida publicarlo, ya que soy un despiste (hablo de la pecera)así es que creo que es mejor que descanses y ya relajadita yo te hago un hueco en la pecera ya verás que rápido.

muchos besos y que disfrutes tus vacaciones, cómo no

Anónimo dijo...

Preciosa manera de contar la experiencia de nacer.
Me has emocionado y recordado el nacimiento de mi niño.
Mil besos.

Lety Ricardez dijo...

Querida Dilaca:

Has recreado de manera maravillosa ese viaje especial. Me quedo deseosa de reflexionar en ello, nunca había ocupado mi mente y vale la pena, ya lo creo que sí

Laura dijo...

Jamas se me ocurrio pensar la vida como un viaje en tren y, pese a que en Argentina los trenes dejan mucho que desear, conservan la magia de su viajes, tan cercana a la magia de nuestra vida.
Cariños

Natho47 dijo...

Ese viaje ,sin duda es el màs hermoso,al menos para mi.

Héctor Jorquera dijo...

y ya veo que te nutre y te da fuerzas y nos hasce viajar, a cada uno hacia esos abrazos que por soñados se esperan y por dados se añoran, otro abrazo, desde el Sur

Anónimo dijo...

Excelente, extraña similitud de como se comienza la vida, para después ser y aparte.

Disculpa la ausencia, también es un placer le redescubrirte. Por cierto rola significa canción

Apapachospunto