viernes, 27 de agosto de 2010

Camila y Ladislao

Regresamos con la tristeza incorporada en la sangre. con vendas sobre nuestros ojos
Sabíamos que nuestro destino estuvo desde el principio señalado por el dolor.
Estábamos indisolublemente unidos a pesar de la distancia que nos impusieron.
El rojo que simbolizaba la pasión, nos había marcado a fuego.
Ellos vieron desenfreno en nuestro amor.
Y pusieron a Dios en el medio para justificar el juicio.
La divisa punzó era ahora más lacra sellando nuestras vidas. Ahora sí que la pasión desenfrenada soltaba su furia sanguinaria a pedido de mi padre al Gran Restaurador.
15 de agosto de 1848.
Mi llanto no era de miedo. Mi llanto era de furia. Y la vida me latía en el vientre levado por el amor de Ladislao. Ladislao Gutiérrez. El sacerdote católico que se enamoró de mí y de quién yo me enamoré.
La sociedad de más puro abolengo, la que me había abierto todas las puertas, hoy era la chusma que clamaba por nuestras cabezas.
Sin embargo, cada uno en su celda, no se sentía solo. Estabamos acompañándonos con el mismo valor que tuvimos para amarnos, para huir, para hacer una nueva vida allá en Goya, hasta que aquél sacerdote nos reconoció y no tuvo la piedad que se espera de la Iglesia donde fui educada. Dios es Amor. El verbo de Cristo es el “ amáos unos a otros”, el camino al cielo está recorrido por los pecadores, Padre nuestro que estás en los cielos... perdona nuestros pecados....
Ahora sentía el vacío de la doctrina que no nos perdonaba. Que nos delataba, que no tenía ni la mínima piedad por el niño que llevaba en mi vientre.
Sentía la garganta seca, el olor del sudor de mi desesperación, la adrenalina que se me desbocaba por los poros...
No pedí misericordia porque sabía de su inutilidad. No eran tiempo donde una decisión fuera revocada.
Además: ¿No era ridículo pedirla por haber amado intensamente?
Nos condujeron al paredón.
Ojos vendados, sentíamos la proximidad nuestra y la de la muerte.
Una silueta brillante de rubios rizos, rostro amable y con amplias alas me señaló la boca y aún con los ojos tapados vi cómo me indicaba también la boca de mi amado. Y entonces comprendí. Y rogué que a Ladislao también le tocara la suerte del ángel y me animé mientras escuchaba el conteo al pelotón de fusilamiento a gritar su nombre con toda mi energía: LADISLAO!.
CAMILA! Se oyó al unísono con la voz estruendosa y plena del cura.
... Los disparos fueron certeros. Ambos cayeron de plomo sobre la arena, levantando una nube de polvo, mientras rostros impávidos y sin piedad aventaban el olor a pólvora del caño de sus armas.

http://i.ytimg.com/vi/q1HkY8WrlCg/0.jpg

15 comentarios:

Unknown dijo...

Cuánta violencia instituida...

Catalina Zentner Levin dijo...

Una historia de amor conmovedora.
La intolerancia fue quien terminó con sus vidas.

la granota dijo...

jo :(

AdA... dijo...

Mirando un poco más allá de la tragedia:

Cual Romeo y Julieta... Gracias a la muerte tempranera; Ladislao y Camila, vivirán como eternos amantes.

Un abrazo;)

AdA...

Creuza dijo...

Eternos, invencibles.
Cuánta fuerza...

Lety Ricardez dijo...

Vengo mi querida Dilaca y te encuentro distinta. Me alegra mucho ese vigor para narrar y tono de la historia. Siempre existirán amores como ese, marcados por el dolor y la tragedia.

Vuelvo después de largos silencios para contarte que por fin escribo de nuevo. El nuevo libro se llama Hacedora de Alebrijes ¿querrás regresar conmigo? Estoy subiendo mi voz para narrarte lo que escribo

el nuevo blog es letyricardez.blogspot.com

Te espero con los brazos abiertos querida amiga

Lety Ricardez dijo...

Sigo pendiente de tus nuevos post mi querida Dilaca.

Te dejo también otro abrazo desde oaxaca

Con cariño

Citadino Kane dijo...

Diana,
Há muito tempo não venho aqui.
Li a história de amor cruelmente finalizada pela intolerância.
Viva Camila!
Viva Ladislao!

Besos,
Pedro

Rodolfo N dijo...

Muy buena narrativa,amiga.
Me gustó la historia y su vehemencia.

Besos

KC dijo...

No se como quitarme la tristeza que me provoca. Me nacen preguntas! ¿Por qué el amor no puede ser bendecido en todas sus formas? ¿Es necesaria tanta exclusión? ¿Por qué rechazamos lo que nos parece diferente? ¿A dónde se va ese amor? ¿Qué aprendieron esas personas? ¿Qué aprendieron sus asesinos?

No quiero más muertes así :(

Me encantó pasar por aquí!!!!!!
Besito
K

Ann dijo...

Me han gustado mucho la fuerza de las imágenes, los adjetivos y la intriga, aún en una historia con desenlace conocido.

Hermosa historia, como todas las tragedias.

Saludos.

Miguel Schweiz dijo...

Terrible... ¿Todas estas cosas, cambiarán?

Besos mi querdida profe

Miguel Schweiz dijo...

Jo, sigue abandonado Diana ¿Va todo bien?

Aunque de momento no te acerques por aquí ya sabes cuánto deseo esas felicidades que no sólo son para ahora sino para el día a día.

(Esperando aunque sea una palabra...) Besos

Dani González dijo...

ufff...
sin palabras.

ikinci el eşya dijo...

bir olay ancak boyle guzel analtılır kalemine saglık