martes, 24 de abril de 2007

INSEPARABLES

Habían comenzado la vida casi juntos. Ya no sabían cuál era la diferencia temporal entre ellos y poco importaba; tan estrecha era su relación.

Cuando el calor agobiaba, los dos lo sufrían por igual: la misma sensación de agotamiento, igual debilidad y desesperación por algo que los aliviara.

Cuando era la estación de las heladas, ambos se acurrucuban o se aproximaban más para brindarse abrigo, insuflarse un poco de tibieza,y se lamentaban no poder tener un a manta para aliviar esa sensación punzante que atravesaba el ser.

El hambre, tambien. Y la sed... Exactamente igual. Un calco uno del otro...

Y sentirse desamparados y pobres.

Pero la frustración no alcanzaba para hacerles disminuir la fortaleza de ese abrazo que al juzgar de los vecinos era exageradamente extraño.

Daba envidia verlos: Siempre estrechándose, a la vista de todos, como para reafirmar que el amor es lo que vale, y nada más...

_Mientras el cronista hablaba, el cameraman tomaba imágenes dando un rodeo al "capricho de la naturaleza": una enhiesta palmera en cuya estructura había desarrollado desde la raíz y abarcando parte del tronco, un árbol de otra especie que al terminar su tronco se bifurcaba en dos ramas que abrazaban el cuello de la palmera y se izaban en ramificaciones menores hasta acariciar el flequilludo penacho de la planta tropical.


NOTA de la REDACCION: a este post no lo ilustré, pues la imagen era demasiado elocuente. Para verificarlo ir a este vínculo
Un abrazo a todos.

Ligaduras imposibles?