martes, 27 de febrero de 2007

Borges, siempre Borges

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De repente, recordé, no con exactitud, este fragmento, que es de la ficción borgiana, pero es él mismo... En esa recoleta estancia de puertas abiertas y muchos silencios...
Él, el Minotauro, triturando palabras para otras palabras, como quién tritura trigo para luego hacer pan.
ël en sus silencios poblados de fantasmas que se pierden en laberintos infinitos repetidos en espejos espectrales.
ÉL y sus miedos - soliloquios.
ÉL y el pasado, y la ironía y el futuro incierto y esos ojos que no ven y ese genio que es dueño del cosmos y del hombre y de la Historia.


"Es verdad que no salgo de mi casa,

pero también es verdad que sus puertas

(cuyo número es infinito)

están abiertas día y noche

a los hombres y también a los animales.

Que entre el que quiera.

No hallará pompas mujeriles aquí

ni el bizarro aparato de los palacios

pero sí la quietud y la soledad.

Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra.

(Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida)".


Jorge Luis Borges, La casa de Asterión